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Los internautas de La Voz creen que los propios pescadores de la zona son los primeros furtivos

La Voz

CARBALLO

20 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los internautas, a través de sus opiniones en la página web de La Voz de Galicia, dejan patente una creencia generalizada en la Costa da Morte. Consideran que los principales esquilmadores de los recursos del mar son los propios marineros profesionales.

Estos usuarios apuntan directamente a los socios de las cofradías como los responsables de la mayoría de las prácticas furtivas que se producen en las localidades costeras de la comarca.

Óscar Ordóñez, de A Coruña, señala que «cando chega a recollida nunca respectan os cupos e arrasan con todo por cartos» y pone como ejemplo los erizos. «Nada máis empezaron a pagalos foi tal o volume de capturas deles que hoxe non atopas ningún», asegura.

En el mismo sentido se manifiesta Ángel Domínguez, que cree que «son os primeiros en saltarse as normas e ademais non teñen o menor reparo en facelo». Domínguez afirma que será necesario que pasen varias generaciones para que «o mar sexa explotado con criterios racionais e sostibles».

Marcos Álvarez, de Laxe, denuncia otro tipo de prácticas también ilegales pero que resultan difícilmente sancionables a nivel social. «Un viejo marinero no puede resistirse a una marea vida. Después de tantos años trabajando en el mar es muy duro para un jubilado no ir a dar una vuelta por la ribera cuando nadie mejor que él sabe donde se encuentran los mejores mariscos que, a buen seguro, después se degustan en alguna comida familiar. Eso también es furtivismo pero ¿quién va a denunciar a su abuelo, al maestro de tantos marineros en activo?», se pregunta el internauta.

Todos lo saben

Otros, como Miguel, de Camariñas, deja la pelota en el tejado de las autoridades. «Unha persoa ten dereito a unha oportunidade no mar e a moitos cérranlles as portas dende o día que nacen, por iso son furtivos», relata.

Manolo, de Cee, coincide en esas apreciaciones. Considera que en las localidades de la Costa da Morte y en las del litoral gallego «todos los vecinos se conocen, pero, por desgracia, nadie se quiere mojar y, aunque sepan quienes son los furtivos, prefieren no meterse en líos».