El plan conjunto de extracción de longueirón por parte de las cofradías de Fisterra, Corcubión y Lira corre peligro. Los submarinistas que no están en la cooperativa de Fisterra se quejan de que son los mariscadores de esta localidad los que marcan las pautas, y señalan que el problema principal es que se ha reducido el número de kilos que se pueden extraer.
La Xunta permite sacar 20 kilos diarios, pero en las asambleas realizadas se decidió que fuera diez, con la esperanza de que subiera el precio. No ha ocurrido así en la lonja de Corcubión, donde solo se pagan una decena de euros. Los mariscadores de la zona señalan que incluso en Muros los precios no consiguen despegar, por lo que era mejor incrementar el número de kilos que se pueden extraer hasta el límite marcado por la Consellería do Mar. De forma excepcional se ha permitido extraer en agosto 15 kilos.
Otra queja es que los fisterráns son mayoría en el plan, por lo que deciden el lugar en el que se trabaja. El miércoles lo hicieron en la playa de Fisterra y fue en ese muelle donde todos tuvieron que pasar el control.