Los Presupuestos Generales del Estado solo prevén una inversión de 400.000 euros en el parador de turismo de Muxía. Es una cantidad muy pequeña para la magnitud de la obra, incluso inferior a la que se consignó para el presente ejercicio, que era de 700.000 euros. En todo caso, no se ha gastado nada.
Desde octubre del 2003, que fue cuando se aprobaron los Presupuestos del año siguiente, el parador siempre ha aparecido con cantidades diversas, pero no se ha colocado ni un solo ladrillo. Ni siquiera ha habido un movimiento de tierra. Todos los pasos que se han dado han sido burocráticos y lentos.
Así, en el 2004 estaba prevista una inversión de un millón de euros, aunque no se citaba la localización cuando se elaboró el documento. Para el 2005 había otro millón, con plazo de finalización de la obra en el 2009 y una inversión global de 16 millones. En el 2006, otro millón más. Ya en el 2007, las expectativas se rebajaron al medio millón de euros, con 10,5 de inversión estimada y fecha definitiva el 2010. En el 2008 volvió el famoso millón de euros al estadillo de las cuentas (y once en total de coste). Para el ejercicio actual, el 2009, se añadía un año más, el 2012, con una cantidad total de 21,7 millones. La anualidad era de 700.000 euros, y ahora baja a los 400.000, con previsión de tres millones para el 20011, siete millones para el 2012 y ocho millones para el 2013. En total, algo más de 22 millones.
Lo más inmediato es que falta firmar el convenio con el arquitecto que ganó el concurso de ideas, Alfonso Penela. Su anteproyecto debe convertirse en proyecto, lo que llevará unos ocho meses. Y después, licitarlo y adjudicarlo, cuatro meses más con suerte. Además de la firma, lo que ahora se dilucida es quién le paga, si la Consellería de Cultura o Turespaña. O ambos, mediante un convenio.