Los vecinos y comerciantes de una de las manzanas más céntricas de Ponteceso viven y trabajan de un tiempo a esta parte rodeados de grietas y preocupados por el futuro de sus inmuebles y por su propia seguridad. El problema, explican, se remonta a comienzos de año y coincide con el inicio de las obras de excavación de una promoción inmobiliaria situada entre las casas y el río Anllóns.
Los primeros daños aparecieron en las construcciones más próximas y afectaron a edificios que no habían sido pilotados cuando fueron levantados, pero en la actualidad, los desperfectos se han extendido a la totalidad de la manzana, compuesta por una decena de inmuebles, y los afectados se cuentan por decenas. «A situación cada día é máis preocupante porque os danos chegan xa á rúa principal», explica uno de los vecinos.
Los daños han obligado a echar el cierre a un pub situado en un sótano, ya que una de las columnas principales está muy tocada, por lo que el panorama tampoco es nada halagüeño para los vecinos de las plantas superiores.
Grietas que recorren fachadas, suelos y paredes, y que en algunos casos superan varios metros de longitud y diez centímetros de anchura, se repiten en viviendas y negocios. Un banco ha tenido que cerrar parte del local y las fracturas que se han abierto en una agencia de seguros obligarán a derribar y reconstruir parte de la estructura: «Os técnicos xa nos dixeron que toda a parte de atrás do edificio, uns 40 metros por planta, son irrecuperables e haberá que facelos de cero», relata un afectado.
Los vecinos explican que bajo sus casas hay una gran bolsa de agua y achacan el problema a los trabajos de achique que se realizan en el edificio en construcción para evitar que se inunden los sótanos. «Ao sacar a auga o chan vaise afundindo», dicen.
Medio millón en daños
Aunque aún no se ha realizado una valoración oficial de los daños, uno de los afectados que ha consultado a un perito explica que pueden superar el medio millón de euros. Es por ello, que una de las principales preocupaciones de los vecinos, además de la seguridad, es saber si llegado el momento de proceder a las reparaciones habrá quien se haga cargo. Hasta la fecha, apuntan, esto sigue siendo una incógnita más que les quita el sueño.