Deirdre es de Cork, hermosa e histórica ciudad situada en el sur de Irlanda. Jennifer, por contra, procede de la célebre Belfast, la capital de la Irlanda del Norte, integrada en el Reino Unido. Las dos están en la actualidad dando clase en el instituto Fernando Blanco de Cee. Están divididas, pero solo administrativamente (nada que ver con lo que ocurre en sus países, ellas se llevan de maravilla): Deirdre, nombre que evoca leyendas celtas, da clase en la Escola Oficial de Idiomas, con base en el centro, y Jennifer es una «axudante lingüística», una profesora de apoyo en las clases de todos los niveles educativos: Bachillerato, ESO y adultos. Bo coinciden en las aulas, pero sí en los pasillos, por los que, por las tardes, no resulta nada extraño escuchar hablar inglés.
Deirdre llegó a Cee este curso. Es funcionaria, y de momento va donde le asignan. El año pasado estuvo en Muros y ahora le ha tocado subir un poco al norte. Lleva cinco años en Galicia, primero en virtud de un convenio que la Universidad de su ciudad tiene con la de A Coruña, que posibilita el intercambio. En Cork, además, funciona el Centro de Estudos Galegos.
En gallego
Cuando llegó, le gustó lo que vio, y además encontró pareja, un caldo ideal para echar raíces. La oposición ganada, tras convalidar el título, fue el abono definitivo. Además, lo vive a fondo. Tanto, que habla gallego perfectamente, fruto del aprendizaje y de la práctica diaria con su novio: «A vida que levo aquí gústame moito. Non boto de menos a casa. A cultura, a comida, as paisaxes son parecidas». La Costa da Morte le encanta: «É que o máis me gusta de Galicia». Vive en A Coruña, y con frecuencia se desplaza hasta Malpica. En Cee está encantada, con el ambiente y con los alumnos.
También Jennifer lo está. Para ella todo es más nuevo, porque llegó a principios de octubre. Habla español «un poquito». Se sorprende de que le pregunten la edad, pese a lo joven que es. Asegura que le gusta todo, pero sobre todo, «la gente, muy agradable». Su pronunciación exacta ayudará a los alumnos a hablar mejor el inglés durante todo el curso. En mayo deberá regresar a casa, salvo que, como su compañera del sur, eche raíces.
La llegada de ambas docentes al Fernando Blanco es, sin duda, un hecho llamativo. Para entenderlo hay que echar la vista al pasado y atender las didácticas explicaciones de Chelo Trillo, una de las profesoras de inglés. Hace una década, el director, Jesús Casas, apostó fuerte por entrar en el plan de potenciación de idiomas que permitía al alumnado de la comarca (no solo del centro) acceder a estudios de inglés homologables por la Escola de Idiomas. Eso acabó, pero en su lugar (también tras mucho pedir) les dieron el Plan CUALE), que permite lo mismo a los menores de 16 años. Lo tienen muy pocos centros de Galicia, y el Fernando Blanco es uno de ellos.
Con este sistema, los alumnos de tercero de ESO tienen un curso específico (dos días por semana, participan 24 chavales de la zona) que, de aprobarlo, les da el nivel A1 de la Escola. Los de cuarto tienen otro específico, que les posibilita obtener el A2 al acabar y matricularse por libre, con un examen.
La Escola y el centro son independientes (la primera, por ejemplo, depende de la de A Coruña), pero en el día a día la conexión es evidente. Los premios al trabajo se han venido produciendo con la concesión de estas ofertas educativas, la ampliación del número de profesores y, lo último, con la ayudante lingüística. Mucho nivel, y no solo de inglés, en este centro.