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Casas abandonadas y saqueadas salpican los paisajes urbanos

CORISTANCO

Algunos edificios acaban convirtiéndose en estercoleros y en zonas de riesgo

20 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Más allá del feísmo, obras a medio hacer y antiguas casas abandonadas a su suerte acaban por convertirse en auténticos estercoleros que salpican el paisaje de los núcleos urbanos. Ejemplos hay en todos los municipios de la Costa da Morte, pero algunos casos son especialmente llamativos por el elevado grado de deterioro de las construcciones.

A la cabeza del ránking se sitúa un conjunto de vivienda y galpón ubicado en pleno Campo da Feira de Cerceda. Junto a otras edificaciones bien conservadas o restauradas -la mercería es un ejemplo- llama la atención el abandono de un edificio que en su época albergó una de las tabernas del pueblo. De hecho, a través de las ventanas abiertas todavía puede verse el viejo mostrador. Al final del callejón situado justo a la izquierda de este inmueble, las puertas de otro local de hostelería están abiertas de par en par. Tras atravesar un camino de maleza, en el interior del local, totalmente desvalijado, hay todo tipo de restos del mobiliario, incluidos unos sofás, y de la decoración, además de vasos, botellas, multitud de papeles, pintadas muy coloridas y mucha porquería. «Aínda non teñen amañada a partilla», es la única explicación que dan los vecinos.

En el barrio carballés de A Milagrosa, muy próximo a los juzgados, hay otro ejemplo de desidia y suciedad. En el número 91 de la avenida que lleva el nombre de la zona, un bloque de dos plantas sufre también las consecuencias del abandono. En el bajo, cuyo portal está completamente destrozado, crece la vegetación, se acumula la basura y se pudre un coche sin que nadie haga nada para evitarlo.

Como en la travesía de Coristanco, en la que un antiguo edificio convertido en almacén de madera sucumbe al paso del tiempo, mientras la vegetación se adueña de él.