Varias marcas españolas líderes en el sector de la construcción apuestan por los materiales reciclados para su expansión
20 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Pensar en un material reciclado como un producto marrón y triste es un gran error. El diseño es una parte muy importante de los nuevos materiales que intentan despertar la conciencia medioambiental de los consumidores.
Uno de los casos más sobresalientes lo protagoniza Cosentino, una empresa andaluza que es líder mundial en su sector gracias a su producto estrella, Silestone. La empresa ha aprovechado los procesos de elaboración de esta superficie a base de cuarzo para crear un nuevo producto sostenible. El 75% de Eco lo conforman elementos reutilizados que van del espejo o el cristal, a las cenizas vitrificadas, la porcelana y el gres porcelánico que aportan los restos de azulejos. Pero el desarrollo de esta superficie va más allá. La resina utilizada para compactar estos elementos también es exclusiva de la marca y contiene un alto porcentaje de aceite de maíz.
El resultado son encimeras de cocina y baño, pavimentos o revestimientos de pared que aúnan diseño y altas prestaciones junto con un gran componente ecológico. «Lo reciclado no es incompatible con lo estético, la gente que lo ve pregunta: '¿Pero esto no es Silestone?'», asegura el director de márketing de la compañía, Santiago Alfonso.
La sensibilidad por el medio ambiente también está en el genoma de otra compañía española, Pavimentos Ecológicos Terrizos. Los madrileños comenzaron su andadura en 2003 «regalando obras a los ayuntamientos de Madrid y Barcelona», admite su gerente Enrique Burgos. Su producto más destacado, Aripaq, ha conseguido sortear la crisis. El 2009 fue un año muy positivo para la empresa, ya que sus resultados crecieron un 25% con respecto al período anterior.
Aripaq es un pavimento natural cuya base fundamental es el vidrio. Con él se han creado caminos sostenibles que se fusionan con el árido predominante en la zona. Enrique Burgos destaca que es de los pocos materiales autorizados para trabajar en parques nacionales.
El bolsillo apenas lo nota
La conciencia medioambiental no tiene por qué estar reñida con precios competitivos. Eco es entre un 5% y un 10% más caro que Silestone, porque «no es tan fácil conseguir la materia prima necesaria como podemos pensar», asegura Santiago Alfonso. Sin embargo, «no descartamos lanzar una colección de Eco con un precio más competitivo a medio o largo plazo».
El caso de Pavimentos Ecológicos Terrizos es similar. El metro cuadrado colocado cuesta entre nueve y catorce euros, lo que es mucho más caro que un camino de zahorra. La ventaja es que dura más, resiste condiciones climatológicas adversas y no tiene mantenimiento.