Más de 40 vehículos ingleses hicieron una rápida parada en el Cabo tras concluir una semana de viaje
01 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.«Madge ha llegado segura, pero un poco tarde. Está lloviendo, hace frío y el día está gris. Estamos mojadas y cansadas». Madge es el nombre del Singer Roadster del 53 que, desde hace una semana, conduce Barbara Morris, de 73 años, acompañada de Vicki Holliday, la autora del mensaje e improvisada corresponsal, que cuenta con desparpajo, en conversación telefónica posterior, las alegrías (casi todas) y vicisitudes del tour Cape to Cape , que comenzó hace un a semana en Cornualles, Inglaterra, y acabó ayer en Fisterra. Junto a Madge llegaron otros 40 coches clásicos, en su mayoría deportivos y descapotables, algunos de los años veinte, todos excepcionalmente conservados. En su mayoría han participado en algunas de las siete ediciones anteriores de este ralli, que ha llevado a los expedicionarios por tierras inglesas, escocesas, irlandesas, francesas, y ahora españolas. El objetivo es unir puntos emblemáticos y recaudar dinero para ayudar en la lucha contra el cáncer y en las enfermedades neuronales, a través de dos sociedades británicas especializadas. En esta campaña ya llevan más de 40.000 libras, y en las anteriores, más de 300.000, todas procedentes de donativos de unos participantes y amigos amantes de los viajes con estilo y de las causas solidarias. Los 41 coches llegaron ayer a Fisterra poco a poco. Los conductores no viajan en un grupo homogéneo, sino que se marcan el destino y cada participante llega cuando puede y por el camino que elija. Ha habido casos es que alguno se ha perdido, pero la situación nunca alcanza tintes dramáticos: todo lo más, la cena se retrasa un poco. Existen otras razones. Como explica Vicki, las velocidades de los coches no coinciden, ni los repostajes. Los depósitos son pequeños y hay jornadas en las que tienen que parar a por gasolina hasta cuatro veces. «Son las únicas paradas que hacemos, o para tomar un café», señala. Tras Fisterra, enfilaron hacia el parador de turismo de Cambados, donde durmieron. Hoy seguirán camino hacia Roncesvalles, luego Francia y de nuevo Inglaterra. Total, una semana más de carretera. Sin prisas, pero sin pausas. Vicki se lleva un buen recuerdo de Fisterra: «Es muy hermoso, pero preferiría haberlo visto con más sol y menos lluvia. Este clima se parece más al que tenemos en el sur de Inglaterra».