Albert Fert, el científico francés (Carcasona, Languedoc, 1938) que obtuvo el Premio Nobel de Física en el 2007 por sus descubrimientos y aportaciones a la tecnología que abrieron una nueva era en la informática, pasó buena parte de la jornada de ayer en Fisterra. Es uno de los principales expertos mundiales en nanotecnología, y se le puede calificar como el científico que revolucionó la electrónica: sus descubrimientos (técnicamente, la magnetorresistencia gigante, en 1988) tienen aplicaciones en el día a día de millones de personas. Básicamente, cabe mucha más información en los discos duros, el almacenamiento de datos es más, en menos, y eso ha permitido desarrollar mejoras impactantes en los ordenadores, las cámaras o los reproductores de música, entre otros aparatos.
Fert, relajado, encantador, muy afable y accesible, es el actual invitado del programa Conciencia, que dirige el físico baiés Jorge Mira. Y, como ya es tradición, los conferenciantes que suele invitar a Santiago (en su mayoría, premios Nobel o equivalente en otras disciplinas) quieren acabar su estancia en Fisterra. Ya se ha convertido en una tradición, con el riesgo de que parezca algo normal: Fisterra es, tras Santiago, el lugar de Galicia que más Nobel recibe. No hay más que mirar el Libro de Ouro del Concello para comprobarlo. Ocurre que el de ayer es de los que pasarán a la historia con mayor notoriedad que otros, dada las aplicaciones prácticas de su trabajo.
Fert también firmó, tras examinar con detalle lo que habían escrito sus colegas de la ciencia, incluida la huella digital estampada por Stephen Hawking. Lo hizo en la salita superior del Semáforo, mirando al mar con una fijación casi totémica, lo mismo que había hecho anteriormente, abajo, durante la comida. Dejó varios agradecimientos efusivos, por escrito y de palabra, encantado de la visita a un lugar que no conocía y que le impresionó.
Fert estuvo acompañado, además de Mira, por el regidor, José Manuel Traba (le entregó la escultura de un peregrino con la anotación Fisterra, Fin do Camiño , y una reproducción del faro); el teniente de alcalde, Santiago Insua Esmorís-Recamán; el catedrático compostelano José Rivas, director general del Laboratorio Internacional Ibérico de Nanotecnología, con sede en Braga; Ricardo Ibarra, director del Instituto Nanociencia de Aragón, y José María de Teresa, premio de la Real Sociedad Española de Física a investigador joven. También acudieron las esposas de Fert e Ibarra.
Fert tuvo suerte, ayer, aunque los acompañantes seguramente pensarán que la suerte fue de ellos. El torrero Agapito Mendoza le mostró el faro y le dio explicaciones de lujo sobre su funcionamiento. El día estuvo brillante de sol, pese a las nubes amenazadoras a pocos kilómetros. La luz primaveral lo inundaba todo. La comida del Semáforo sabía a mar. En la sobremesa, charló sobre el campo de la ciencia que descubrió, la espintrónica, y habló de hacia donde puede ir el mundo de la nanotecnología, cada día más importante en sectores como la medicina, la biología, la electrónica o la informática.
Antes de regresar a Santiago, quiso conocer la zona portuaria de Fisterra, mostrando la misma curiosidad que antes habían tenido sus interlocutores.