El Ayuntamiento entregó una placa conmemorativa a la holandesa Elisabeth Selker van Kan
12 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.El libro en el que desde el albergue de peregrinos de Fisterra llevan la cuenta de los caminantes desde la apertura de las instalaciones, en 1997, registró ayer una cifra histórica. Llegó al refugio el caminante número 100.000.
La cifra no solo demuestra la salud de la Ruta, sino que tiene un importante valor simbólico tanto para la peregrina holandesa que tuvo ese honor como para el propio albergue. Su responsable, Begoña Valdomar, estaba ayer emocionada.
El número alcanzado cobra un valor especial si se compara con los caminantes que llegaron en 1997 a la localidad y obtuvieron entonces la fisterrana. Fueron 367.
Este año ha sido, con diferencia, el de más afluencia de peregrinos en los 13 en los que se contabilizan. Es más, hace meses que se batió el récord, establecido hasta ahora en 12.858 fisterranas, que fueron las entregadas a lo largo del 2009. A falta de dos meses para acabar el presente ejercicio, van ya más de 15.000.
Casi 3.000 kilómetros
En Fisterra esperaban ayer la llegada del caminante número 100.000 con mucha expectación. Había dudas sobre cómo sería. La persona que tuvo ese honor se lo merecía sobradamente.
Elisabeth Selker van Kan llegó a la localidad con su marido, el también holandés Robert Selker. Ambos salieron de su casa, en Holanda, a pie, a principios de julio. Recorrieron exactamente 2.838,6 kilómetros, como certificaba ayer, feliz, en el faro, Robert Selker con un GPS en la mano.
Tardaron 103 días en alcanzar su meta. Ambos son jubilados, él tiene 63 años y ella, uno menos. Las motivaciones que los llevaron a hacer la Ruta fueron, explicaba Elisabeth, en cierto modo religiosas, «porque estamos agradecidos a la vida, que nos ha dado tres hijos, cinco nietos y buena salud».
A Fisterra llegaron, confiesa, con lágrimas en los ojos. Ayer no dormían en el albergue, sino en el hotel del faro, en el Semáforo. Hoy partían hacia Santiago para coger el avión de vuelta a casa.
Se llevarán de recuerdo a Holanda la placa conmemorativa y la estatuilla que ayer les entregó el alcalde de Fisterra, José Manuel Traba.