Algunos peregrinos que hacen el Camino convierten Fisterra en un gran almacén de animales sin dueño
CARBALLO
La Ruta Xacobea es una fuente de riqueza económica y cultural para la Costa da Morte y especialmente para Fisterra, pero en los últimos tiempos se está convirtiendo también en un factor de problemas por la cantidad de animales que llegan acompañando a los peregrinos y de los que no se hace cargo nadie.
El pasado mes de abril, los voluntarios de Protección Civil, con unos medios muy rudimentarios, tuvieron que capturar a un perro adulto de raza boxer que le provocó heridas de consideración en un brazo y en una pierna a una turista alemana. La joven tuvo que ingresar en el hospital y el incidente provocó una gran alarma en la localidad, pero el dueño del can aún hoy sigue sin aparecer.
A parte de este episodio extremo, los casos de animales que quedan sueltos por Fisterra se repiten a diario.
«Las autoridades pasan»
«Una vez íbamos con la policía y nos encontramos a un peregrino alemán que se iba a la mañana siguiente. Aseguraba que el perro no era suyo pero se veía que sí por solo le atendía a él. Tuvimos que decirle que si lo dejaba lo íbamos a denunciar y nos contestó que esto en España era un cachondeo», relata el veterinario Pablo Valle, que se ocupa de la recogida en la comarca de Fisterra.
«Sería tan fácil como pedirle la documentación a la gente en el inicio del Camino, pero las autoridades pasan», añade el profesional, que le recomienda a los peregrinos que no vayan cogiendo perros por la ruta «porque les dan algo de comer, los animales los siguen y, al final, acaban todos en Fisterra».