Los límites en el monte Xalo y Meirama enfrentan a los concellos de Cerceda y Carral
CERCEDA
Los límites municipales han vuelto a generar una disputa entre el Ayuntamiento de Cerceda y uno de sus vecinos. A los problemas surgidos meses atrás con Tordoia en relación a la línea invisible que separa a ambas localidades en A Tablilla, se le ha sumado ahora una polémica con Carral con una doble manifestación sobre el terreno: Meirama y el monte Xalo.
Según explica el alcalde cercedense, José García Liñares, la cuestión surgió en fechas recientes, cuando, al avanzar los tramites del proyecto para regularizar la urbanización residencial del Xalo, salió a la luz que el deslinde acordado entre los dos municipios a comienzos de los años 90 no había sido gestionado por completo.
En aquella época, ni García Liñares, ni su homólogo de Carral, José Luis Fernández Mouriño, estaban al frente de sus respectivos municipios, pero sí formaban parte de las corporaciones respectivas y de la comisión que negoció el acuerdo ahora en suspenso. «Acordouse por unanimidade e aprobárono os plenos, pero non se chegou a tramitar ata o final e agora atopámonos con esta situación», afirma el regidor de Cerceda.
Según detalla García Liñares, entonces se decidió que Carral incorporaría a su territorio una parte de monte Xalo que aparece en las normas subsidiarias de Cerceda y, a cambio, este municipio se quedaría con una franja situada en Meirama que estaba recogida en las de Carral.
Esta situación no impediría que la urbanización quedase divida entre los dos municipios, pero sí que esto ocurriese en el interior de algunas parcelas, como, de hecho, sucede en las normas subsidiarias.
Cuestión de impuestos
Sin embargo, según explica García Liñares, la intención actual de Carral es reivindicar los terrenos de Meirama con el objetivo de poder recibir parte de los ingresos que, vía impuestos municipales, recibe el concello en el que está radicada la central térmica.
Para el alcalde cercedense, dicha pretensión es inútil, porque «a totalidade da obra de Meirama está feita na parte de Cerceda, así que Carral non cobraría nada», pero esto no ha impedido que lo acordado en su día haya quedado en suspenso y que ambos regidores se hayan visto obligados a entablar unas negociaciones que, hasta la fecha, no han dado frutos.
García Liñares insiste en la validez del deslinde acordado entre las dos partes en los años 90 y explica, además, que en virtud de ese mapa el Concello cercedense acometió una carretera en los terrenos que originalmente pertenecían a Carral, «así que non ten sentido volver aos límites anteriores».
Y avanza, asimismo, que en caso de que siga sin haber acuerdo optará por una solución intermedia entre lo recogido en las normas subsidiarias -que, además, dejarán de tener validez una vez que concluya la redacción del Plan Xeral- y ese deslinde de los años 90: la que marca el Instituto Geográfico Nacional. Sin embargo, este también presenta problemas, puesto que condenará a algunos vecinos del Xalo a ver cómo parte de sus parcelas quedan partidas por dos municipios.