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«¡Agente! Quiero ir al baño»

La Voz

CARBALLO

06 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Ediles, alcaldes y empresarios detenidos vivieron esta semana una difícil experiencia. Aunque todos quedaron en libertad, algunos con fianza y otros sin ella, todos, salvo la secretaria de Mazaricos, supieron lo que es pasar por los calabozos de la Policía Nacional en A Coruña. La noche la pasaron, todos ellos, en celdas individuales, sin ropa con la que mudarse y sin la posibilidad de darse ni una ducha. Así se los vio llegar cansados, sin afeitar, y con la ropa que llevaban cuando fueron detenidos. No fue plato de gusto. Contaba alguno de los alcaldes que les tocó compartir noche pared con pared con delincuentes comunes en un lugar más incómodo que otra cosa. Una cama dura y una manta fina con la que taparse en un lugar en el que hacía frío y en el que pasaron la noche despojados de pertenencias como teléfonos y relojes, y donde la luz se apaga a una hora determinada. De vez en cuando, a gritos, se comunicaban entre ellos. «¡Como estais!», y otras expresiones así, en la oscuridad, sin saber qué hora era. La única luz, ténue, en la noche del pasado lunes en Lonzas, la que emanaba del aseo común para todos los detenidos, en medio de la zona de celdas y al lado de la que ocupó Ramón Vigo. «¡Agente! quiero ir al baño», gritaban los detenidos para poder hacer sus necesidades cuando un policía les abría la puerta. Esos gritos y los sonoros ronquidos de un par de delincuentes allí detenidos fueron los únicos ruidos de las noches que pasaron -Vigo y Areas estuvieron dos días- y que nunca olvidarán.