
El sumario deja al descubierto las dudas existentes sobre si la casa da cultura la continuaría Paz o cambiaría de manos
10 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.En el extenso sumario aparece una conversación entre un arquitecto y el alcalde de Cee, en la que el primero apunta que «lo de los 150.000 euros, se le va a dar a Paz», sugiriendo que el edil Manuel Lamela podría tener algún interés en ese sentido. «Bueno, eso no está claro que vaya a ser así, pero yo de momento..», le responde Vigo.
Se habla de que sería bueno que una misma empresa que haga cargo de las dos fases que hay para la obra, de 150.000 y de 70.000 euros. Después de hablar un rato Vigo acepta. «Bueno, pues tú dile a Ogando que la va a hacer también».
Vuelven a hablar del concejal de Urbanismo. «Lamela es un hombre que va mayor y hay que metérsela poco a poco», sugiere Vigo. Tras hablar un rato más el técnico apunta: «Bueno, yo mañana a Ogando le doy como si hicieran ellos, tú me dijiste que les diera los cuatro...». Y le responde Vigo: «Toda, toda la obra y punto pelota».
Sobre Lamela hay más referencias en el documento. Se queja Vigo de que el edil socialista lo habría puesto verde ante el presidente de la Diputación.
La opción de Ogando sale finalmente adelante y la relación con él se hace fluida. «Buenos días Daniel, mira, me tienes que dar los nombres de las otras dos empresas para convocarlas a las obras esas de marras, con nombres y dirección, ¿vale?», le dice el alcalde de Cee al constructor antes del concurso.
La casa da cultura se la llevó Ogando, empresa que había sugerido también contratar a Melendi paras las fiestas de A Xunqueira, propuesta que finalmente se aparcó.
Las fiestas son la otra gran rama del sumario y los investigadores se preguntan cómo es posible que un Ayuntamiento se encargue de gestionar sin ningún tipo de control fiscal del dinero unas atracciones que suponen un gasto anual de unos 150.000 euros.
Ahí es donde aparece la figura de Jorge López firmando facturas para lo que haga falta con tal de conseguir fondos.
Muchas actuaciones se pagaban en mano y los recibos se hacían en determinados casos a boli sobre papel en blanco, todo ello al margen de la intervención. El alcalde explicó en su día que esas cuentas eran cosa de la comisión de fiestas.