Un grupo de vecinos de Agualada han hecho público un escrito en el que demandan la dimisión de todos los miembros de la junta gestora del monte de mano común. Consideran inadmisible la forma en que han actuado los rectores de la entidad al vender la madera sin consultar a los demás comuneros, que se enteraron de la operación porque vieron como los camiones cargaban la madera.
Buena parte de los habitantes de Agualada consideran que «os límites traspasáronse cando este grupo de xente decide formar unha comisión para xestionar os montes da parroquia. Evidentemente aplicáronse a lei de Juan Palomo: ?Yo me lo guiso, yo me lo como?. A lei di que para formar dita comisión debe convocarse unha reunión na que deben estar presentes o 50% dos veciños, e de non ser así convocarase unha segunda na que deben estar o 25%». Según afirman los que están en contra de la gestora, «estas convocatorias non se realizaron, os veciños non nos enteramos».
Esta forma de actuar es ilegal y por ese motivo este grupo de vecinos amenaza con una denuncia judicial si la dimisión no se produce, aunque tampoco dan un plazo para ello.
La principal queja es la falta de información, que solo lograron cuando forzaron la convocatoria de una asamblea. Para ello firmaron los representantes de 45 casas de Agualada.
Sin embargo, ese no es el único problema. En la reunión del sábado, el presidente de la gestora esgrimió tres presupuestos para la adquisición de la madera. Eso es lo que marca la ley, pero según los vecinos las ofertas deben presentarse en obre cerrado y «abrirse diante dos veciños e que estes poidan escoller a que consideren mellor oferta».
Después de la asamblea se supo además que el presidente de la gestora «dous días antes foi pedirlle un presuposto por escrito a un madeirista veciño», por lo que no se cumplió la obligatoriedad de las tres ofertas.
Los vecinos señalan que no había motivo para que vendieran la madera sin consultar, aunque entienden que debía hacerse porque la zona está afectada por la autovía. Señalan que «non somos tontos, sabemos o que queremos. Non queremos ser mangoneados por ninguén. Queremos tomar as nosas propias decisións».