Un grupo de niños de entre 11 y 14 años se entretiene apedreando coches que circulan por el tramo de los Rosales del paseo marítimo. Los han visto en acción vecinos y también operarios que trabajan en el barrio. «Se esconden entre la maleza y tiran piedras a los vehículos que pasan por una rotonda», asegura una mujer que trabaja en el barrio. Otro vecino, que también se parapeta en el anonimato por temor a represalias, añade que «en ocasiones han tirado aceite en el asfalto en todo el entorno de la rotonda», con el consiguiente peligro para los coches. Estos testigos aseguran que ese grupo de pandilleros «podría ser el mismo» que ha causado destrozos en varios edificios de la zona, como la guardería o en la obra del polideportivo.
El personal de la escuela infantil vio el pasado martes cómo un grupo de cuatro niños de esas mismas edades lanzaban piedras contra el edificio. Los siguieron hasta el cercano barrio de Korea, donde, al parecer, residen. Una pandilla que encaja en esa descripción también ha sido visto en las cercanías de la obra del polideportivo. Durante estos trabajos se han sucedido los hechos vandálicos. De hecho, se ha vallado todo el contorno para disuadir a los rompelotodo .
Trastadas de todo tipo
En varias ocasiones han robado material, como las mangueras que surten de luz. «Será por el cobre», deducen los operarios. También han sufrido desperfectos las casetas de obra: «Un par de veces nos rompieron las puertas y la ventana». En otra ocasión tiraron un tabique: «Estaba por la mitad cuando nos marchamos, y al llegar al día siguiente estaban todos los ladrillos tirados».
La lista de trastadas es interminable. Otro día aparecieron las gradas del polideportivo cubiertas de resina. «La cogieron de unos botes que había en la obra». En una ocasión rompieron los cristales de una carretilla elevadora, y en otra descolocaron todas las pilas de ladrillos que se encontraron a su paso.
Estos hechos se produjeron tanto en fin de semana como durante días laborables, al igual que los apedreamientos de la guardería.
La empresa que está construyendo el polideportivo del barrio (que, por cierto, es la misma que levantó la escuela infantil) ha denunciado los reiterados sucesos ante la Policía Nacional. Ayer, los responsables de la guardería también acudieron al 091 para formalizar la denuncia por los hechos vandálicos del pasado martes, cuando a primera hora de la mañana aparecieron rotas varias lunas del edificio y, posteriormente, cuando seis bebés dormían en el interior, cayó una lluvia de pedradas sobre la guardería. Es el cuarto ataque que sufre la escuela infantil desde su apertura el pasado febrero. Vecinos y trabajadores de la zona se confiesan «hartos de tanta violencia».