La calidad es un propósito en la idea de Busquets y, en la práctica, se traduce en un planeamiento que busca intencionadamente alcanzar una ciudad durable y confortable.
Por si existe alguna duda sobre el dominio de los coches, Busquets propone un ejercicio: fotografiar cien calles al azar. «Si hacemos el esfuerzo de recuperar una de cada quince de ellas para las personas, la ciudad será más amable», dijo. La luz, el arbolado, la existencia de servicios públicos (como colegios, por ejemplo), determinarán su elección, pero se trata de «establecer una malla de calles verdes que enlacen un barrio con otro». «No debemos asignarles necesariamente el carácter de calles comerciales», aclaró el arquitecto, pero la condición es que comuniquen, que lleven de un lugar a otro. Puso ejemplos sobre el resultado: «Hace 20 años la Diagonal de Barcelona o el paseo de Gracia solo tenían coches aparcados; hoy el asfalto, los árboles... son los mismos». Lo que no hay son coches.
En una ciudad concebida como capital del área metropolitana, con constantes flujos circulatorios, el equipo redactor del Plan Xeral de Ordenación Municipal ha analizado de modo especial los grandes enlaces viarios. Busquets se detuvo ayer de forma específica en la posibilidad de realizar modificaciones en proyectos ya en marcha y subrayó la importancia de la tercera ronda.
El urbanista se refirió a la evolución de la circulación para poner de manifiesto que durante el siglo pasado la explosión de la actividad marítima marginó una de las dos «puertas» de la ciudad, la de Riazor, a favor de la vía que desemboca en el puerto, principal embudo de tráfico en pleno centro. «En el siglo XXI hay que darle la vuelta, lo que hay que evitar es llevar más tráfico al Puerto, necesitamos la apertura hacia Riazor».
Junto a la necesidad de «asegurar» una conexión fácil del aeropuerto con la autovía, que «aliviaría la presión sobre As Rañas», matizó que en la «oportunidad» que supone la tercera ronda «soy partidario de intentar mejoras». En especial, se refirió a los enlaces contestados por los vecinos, y abogó por la adaptación del trazado a las zonas consolidadas. La filosofía de ir dando forma a un modelo viario más abierto se incluye en la propuesta de pasar de un modelo radial, con un eje central que acaba en Alfonso Molina y un sistema de rondas de trazado difícil y excesivamente densificado, a una malla.
Tercera ronda
El Ayuntamiento ya contempla la posibilidad de rediseñar en torno a Lonzas la propuesta de Fomento, prevista incluso antes de que se hubiese proyectado la tercera ronda, de modo que la calzada de mayor capacidad se canalizaría hacia A Grela y los futuros desarrollos comerciales. En todo caso, la concejala Mar Barcón señaló que la propuesta que se maneja es introducir las modificaciones con el proyecto ya en marcha, tal y como se hizo en otras actuaciones, como el túnel de Eirís. Ayer mismo la Consellería de Política Territorial sacó a concurso por 390.000 euros la redacción del proyecto, que conectará el tramo autonómico con el estatal. El pliego ya indica que el estudio deberá incorporar un anexo donde se analice la viabilidad de su ampliación a futuras conexiones y especifica que, al tratarse de una zona urbana, no se permitirán puentes ni vigas con impacto visual.