>Después de dos mil años de historia, la torre de Hércules necesita, por primera vez, que la guíen. El faro romano más antiguo que todavía sigue en funcionamiento pide ahora que los gallegos lo iluminen para convertirse, el día 27 en Sevilla, en patrimonio de la humanidad. Una campaña promovida por la Xunta, a través de la Consellería de Cultura e Turismo, recorrerá esta semana las ciudades más importantes de la comunidad en busca de firmas que ayuden a este propósito.
El proceso de selección entra en su recta final tras un largo peregrinar. Quizá por eso, la primera parada del símbolo coruñés se realizó ayer en Santiago. «Está teniendo una acogida bastante buena», indicaba la coordinadora de la carpa. Muchos vecinos y turistas se acercaban, curiosos, al expositor que estuvo en la plaza del Obradoiro desde las diez de la mañana hasta las nueve de la noche. A la una del mediodía ya se llevaban alrededor de 600 firmas. «Es el primer día y lo haremos en horario ininterrumpido, porque aquí hay gente a todas horas y queremos incluir todas las firmas que podamos porque se trata del último empuje para la Torre». La responsable considera que nadie debería fallar en un acontecimiento que «debe servir para unir»: «Llevamos un edificio de cada una de las ciudades que vamos a visitar -señala- para que todos se sientan identificados».
«La gente nos ve y, en general, se para a firmar», asegura Raquel Alonso, azafata que, junto a Nataxa, Isabel y Estefanía, se acerca a los viandantes para pedir sus nombres, carnés de identidad y, por supuesto, firmas. «Los que no se paran es porque piensan que les vamos a pedir algo a cambio», aseguran.
Las cuatro ourensanas confiesan haberse quedado sorprendidas de la rivalidad que existe entre las ciudades gallegas. «Los estudiantes son los que más firman, pero también hay muchos que dicen que no quieren porque son de otro lugar», comenta Isabel. «Un chico volvió después de que le riñera su novia», apunta, riendo, Nataxa. Frente a la carpa, los turistas reclaman a Zapatones para hacerse fotos con él. «Fun o primeiro en firmar», confiesa orgulloso. Tras la instantánea, dos extremeños rubrican de buen agrado la iniciativa del faro herculino. Declaran que no sabían nada de la candidatura de la Torre, y su sorpresa es mayor al conocer que un paisano suyo, Eustaquio Giannini, fue el encargado de la reforma del siglo XVIII que le da el actual aspecto exterior. Una pareja de salmantinos, en cambio, sabe «por la tele», que el faro tiene la posibilidad de recibir este reconocimiento. Para ellos, «es cuestión de insistir» y, por eso, entienden que se lo darán. «Me hace mucha ilusión poner mi grano de arena y contribuir de alguna manera a la elección», indica Sergio, un grancanario que dice llevar quince años seguidos viniendo a Galicia. Pero no todos firman con el mismo entusiasmo. Aunque deja su sello, María Dolores lo hace algo enfadada. «Fui muchas veces a Coruña, y antes se podía ver la Torre desde cualquier sitio. Es una pena que no hayan cuidado más ese aspecto», lamenta.
Como en España, el conocimiento de la candidatura en el extranjero es diverso. Un matrimonio mayor llega a la catedral después de hacer el Camino desde Sarria. Proceden del sur de Irlanda y reconocen no saber nada del asunto del faro coruñés. Otra pareja, del norte de Inglaterra, confirma, sin embargo, que sí está enterada de este acontecimiento e inmediatamente se dirige a una azafata para firmar.
El alcalde de Santiago, José Sánchez Bugallo, y el conselleiro de Cultura, Roberto Varela, también se unieron a los cientos de aprobaciones que otorgaron santiagueses y turistas que se pasaron por la carpa durante todo el día. Varela pidió a los gallegos que mostraran «al mundo» su «unidad e ilusión» para apoyar al faro. Argumentó que la declaración de patrimonio de la humanidad de cualquier monumento debe estar «por encima de cualquier diferencia». La campaña está hoy en Ferrol y pasará por Lugo, Ourense, Pontevedra para terminar en Vigo el próximo sábado. Ayer, el alcalde coruñés, Javier Losada, agradeció el apoyo de la Xunta a la candidatura, pero también el trabajo hecho desde el Ayuntamiento y el Instituto de Estudios Torre de Hércules y el respaldo de la ciudad a acciones como el hermanamiento con la estatua de la Libertad.