La calle Orillamar cambiará radicalmente de imagen antes de que finalice este año. Técnicos de la Concejalía de Urbanismo han elaborado un proyecto para crear en esta zona un corredor verde o bulevar que dará prioridad a los peatones sobre los vehículos. La obra, que deberá estar ejecutada antes de que finalice este año, necesita obtener primero el visto bueno del Gobierno central, ya que se trata de un proyecto financiado con 2.486.321 euros de los Fondos Estatales de Inversión Local (FEIL). La concejala de Urbanismo, Obdulia Taboadela, explicó que este plan piloto marca el inicio de la aplicación de las directrices marcadas por Joan Busquets en el nuevo Plan General relacionadas con la sostenibilidad y la movilidad.
Plataforma única
El proyecto abarca 800 metros de la calle Orillamar, desde su inicio junto al cuartel de Atocha hasta la plaza del Parque. A lo largo de la vía se implantará una plataforma única, en la que el espacio reservado para los vehículos estará delimitado por mojones o bolardos o bien por un firme diferenciado. La vía seguirá siendo de dirección única y donde hay doble carril quedará reducido a uno. De esta forma, según explicó Obdulia Taboadela, se consigue más espacio para los peatones y se erradica la doble fila en esta zona. También desaparecerán de esta calle las actuales plazas de aparcamiento, que, según los planes del Ayuntamiento, serán redistribuidas por calles adyacentes. En este sentido, la concejala de Urbanismo recordó que ya hay un acuerdo con el Ministerio de Defensa para habilitar una parcela próxima a la Maestranza como zona de aparcamiento y, además, ya existe en la zona un párking público. Estos cambios, según indicó Taboadela, repercutirán en una mejor calidad de vida para los vecinos de este barrio, especialmente para los que se mueven a pie, en bicicleta y en transporte público.
El proyecto incluye la remodelación del entorno del cementerio de San Amaro, donde no solo se realizará un cambio estético, sino que también se ampliará el espacio dedicado a los peatones. «En general, se trata de implantar una nueva forma de vialidad, en la que los coches no desaparecen sino que se pliegan a los peatones», comentó la concejala socialista. Además de nuevo mobiliario y pavimento, la calle Orillamar incorporará más árboles y espacios verdes que vertebrará, según la edila, la convivencia en este barrio.