El acuario abre la nueva Charca de las Caricias, que permite tocar a los peces bajo supervisión

La Voz A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

16 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El Acuario abrió ayer la nueva Charca de las Caricias. Se trata de una más amplia que la anterior y permite a los visitantes tocar los distintos peces bajo la supervisión de un monitor. «La antigua era muy pequeña y la gente manoseaba demasiado a los animales», explicó el director del acuario, Xosé Antón Fraga. Para evitarlo, los técnicos han puesto unas tapas transparentes que frenan las manos espontáneas de la gente. Iria es una de las encargadas de apartarlas y enseñar las rayas, las caracolas, los melgachos y santiaguiños que coge con un red para que los acaricie quien quiera.

La concejala de Cultura, María Xosé Bravo, estuvo presente en la inauguración y fue una de las primeras en conocer las demás posibilidades que ofrece el área estrenada. Junto a la charca hay una pantalla grande que reproduce vídeos y páginas web sobre las campañas en las que participa el Acuario. Además, hay un par de microscopios, cuyo contenido se puede proyectar en la pantalla. Y unas cajas con pieles secas de varios peces completan el nuevo módulo interactivo. Xosé Antón Fraga piensa que es «un proyecto para aprender y disfrutar a la vez».

Bravo quiso hacer hincapié en los santiaguiños, un tipo de marisco de esta charca que recibe el nombre por una especie de cruz de Santiago que tiene en el caparazón. Con ellos se está haciendo una investigación sobre las fases de su reproducción, algunas desconocidas hasta ahora.

Los pulpos vuelven a su casa

Junto al estreno de la Charca de las Caricias, ayer también volvieron 174 pulpos a la suya, que está al aire libre y tiene 238.000 litros de agua. Desde hace unos meses tuvieron que llevarlos a una zona reservada, ya que su piscina habitual fue ocupada por una foca. Se trataba de una hembra de 25 años, mayor para lo que suelen vivir estos mamíferos, unos 30 como máximo. Uno de los acuaristas, Alfredo Veiga, se muestra satisfecho por que vuelvan los pulpos, «un animal muy unido a nuestra cultura y a nuestra tierra».