Todo está preparado en el muelle de Trasatlánticos para instalar nuevos sonares en los submarinos de la Armada holandesa Zeeleeuw y Dolfijn , que estos días participan en unas maniobras, conjuntamente con otros buques, a la altura de la torre de Hércules coordinadas por el mando de la OTAN. De hecho, uno de los sumergibles ya entró en puerto ayer a última hora de la tarde.
En la explanada de Trasatlánticos lo esperaban sofisticados equipos que se montarán a bordo de ambos barcos durante los días que permanezcan en la dársena coruñesa. Estos sistemas llegaron en la mañana de ayer en tráileres procedentes de los Países Bajos.
Se trata, entre otros equipos de detección submarina, de sonares de última generación. Con ellos ampliarán sus niveles de localización acústica por impulsos sonoros y magnéticos. Estas unidades, que usan la propagación del sonido bajo el agua para navegar, comunicarse o detectar otros buques, les permitirán al Zeeleeuw y al Dolfijn tener una información más exacta a través del eco que reciban una vez que la emisión de su señal rebote sobre el objeto que se posicione en su ruta. Las unidades llegadas a A Coruña pueden montarse en el propio casco de los sumergibles e incluso ser remolcadas por los propios submarinos.
Descanso de la tripulación
La estancia de los submarinos Zeeleeuw y Dolfijn en el puerto de A Coruña será aprovechada por sus casi cien tripulantes para descansar. La dotación, a excepción de las unidades de guardia, no hará vida en los sumergibles, hasta el punto de que la Armada holandesa ya reservó habitaciones en distintos hoteles de la ciudad.