Francisco Castro desvela «O segredo de Marco Polo»

La Voz A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

03 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«Imaxino que é unha irresponsabilidade pola miña banda facerche chegar estas letras, máis non podo evitalo despois de ler as túas e despois de saber, por unha boa amiga, o terrible castigo que o Primo Xeral che dispensou ao ter noticia dos teus sentimentos cara á miña persoa». Esta es parte de la carta que recibe un soldado de la Venecia del siglo XIII enamorado de una principessa; ante la misiva, el militar duda si será su amada la que la autora o en realidad es el propio Marco Polo, el hombre con el que la mujer está obligada a casarse, el que escribió la carta. Esta es la trama de la nueva novela del escritor Francisco Castro (Vigo, 1966) que lleva por título O segredo de Marco Polo y que el autor, el responsable de la editorial Galaxia que publica el libro, Víctor F. Freixanes, y Dores Tembrás presentaron en la tarde ayer en la Feria del Libro.

Francisco Castro sostiene que historias como esta, que no están en los libros, son las que quiere contar en sus obras y por ello en esta ocasión se ha fijado en una vivencia del mítico viajero que no se encuentra en ningún lugar y en la que late «a historia máis importante do mundo: o amor». Intrigas de palacio, amores y guerras son los ingredientes de la nueva novela de un escritor especialmente inquieto y atento a todo lo que sucede en el mundo cultural gallego que tiene su reflejo en su blog A canción do náufrago (http//franciscocastro.blogaliza.org).

La ciudad de Venecia, una potente república cuando suceden los hechos novelados, se convierte en una protagonista más de la nueva obra de un autor que cuenta en su historial con destacados premios como el Eduardo Blanco Amor del año 2005 (Velaí o caso de Spam), el García Barros del 2007 (As palabras da néboa) o el Martín Sarmiento en dos ocasiones con Un bosque cheo de faias y O ceo dos afogados; también es uno de los autores pioneros en la exploración de las posibilidades literarias de Internet.