Fue durante cuatro décadas periodista vocacional y sin necesidad de una palabra escribió la realidad más fiel de Galicia en las páginas de La Voz, donde cientos de sus fotos ilustraron la actualidad diaria. Jubilado del trabajo, aunque nunca de la profesión, Xosé Castro, Pepucho, recupera desde ayer en el Kiosco Alfonso la ciudad que fue y la que es con una exposición sobre la transformación de A Coruña desde los años 80 hasta hoy.
Bajo el título r-evolución Coruña y a través de 290 fotografías, el espectador recuperará el asombro del recuerdo con imágenes de rincones hoy desaparecidos, algunos transformados por la mano del urbanismo hasta el punto de resultar irreconocibles y otros reconvertidos por grandes obras de infraestructuras, pequeñas intervenciones o el crecimiento de las edificaciones que han ido dando forma a la Coruña más reciente.
El antes y después de cada punto es el principal juego planteado por el fotógrafo, cuyo objetivo se situó tres décadas después con idéntica perspectiva sobre cada una de las zonas coruñesas para captar en una instantánea cómo el paso del tiempo sí cambia las cosas.
Los hitos más destacados de la construcción de la ciudad, como la avenida de Alfonso Molina, el aeropuerto de Alvedro o el todavía en desarrollo puerto exterior, conviven en el recorrido con las obras menores, a menudo desapercibidas en lo cotidiano. Los nuevos barrios, desde Los Rosales a Vioño, museos como la Domus, el Acuario, pero también los centros cívicos, bibliotecas, pequeños y grandes jardines, los mercados, el monte de San Pedro transformado en parque o el balcón del paseo sobre el mar de Riazor son algunas de las edificaciones incorporadas junto a los símbolos seculares, como la torre de Hércules, cuyo entorno tampoco ha quedado ajeno a los cambios.
Fue precisamente en un paseo a la orilla del faro y sin la cámara al hombro donde surgió la idea de rendir el último carrete (hoy pastilla digital) a la ciudad que tantas veces pateó Castro con prisa para no perder la foto, muchas veces de portada, en su compromiso con la información diaria.
El propio autor resumió ayer el resultado de tantos flashes en la inauguración de su exposición. Lo hizo recordando que tras la la apertura de los accesos y la construcción de los polígonos, la principal «transfiguración» de A Coruña se produjo a partir de los años 80 producto de una particular revelación compartida: «Recuperamos algo que tiñamos esquecido, o mar, ata entón dabámoslle as costas». Eran tiempos en que «o lixo ía para o Orzán, na dársena saían as fecales e en Labañou criábanse porcos», recordó, y fueron años a partir de los cuales «se fixeron 40.000 cousas». Muchas de ellas se pueden ver, hasta el 9 de enero, en el Kiosco.