A partir de las seis de esta tarde, en el Municipal de Chapela, Pablo Aguirregabiria dirigirá su partido número 400 al frente del Oar en el mejor momento de una temporada que arrancaba con incertidumbre. El equipo coruñés juega con mano firme a pesar de su juventud y, tras ganar al líder Gijón en la última jornada (26-23), aspira a cotas más altas en la Primera Nacional.
El Chapela será un rival duro esta tarde. Tercer clasificado con 28 puntos, ya es uno de los rivales directos del Oar, sexto con cuatro menos. En la cancha, el físico de la retaguardia del equipo vigués contra el acierto en la distancia de los coruñeses.
El entrenador del Oar, Pablo Aguirre, cree que el equipo ha crecido a medida que la temporada avanzaba. «Los jugadores ya se creen que pueden, aprenden y ahora defienden mejor que antes», explica, aunque va más allá en su análisis: «Creo que esta evolución tendrá continuidad, que solo acaba de empezar, porque ellos se lo están empezando a creer y tienen mucha calidad». «Estamos haciendo mucho trabajo táctico y de lectura de los partidos», añade Aguirre.
«Además, hay juveniles que vienen empujando con fuerza desde la cantera, realizando grandes actuaciones incluso en los torneos internacionales en los que participan; el futuro está más que asegurado», aventura.
Duelos directos
Esta jornada, el primer clasificado (Gijón) se enfrenta al quinto (Lalín) y el segundo (Calvo Xiria) al octavo (Porriño), lo que podría favorecer los intereses del Oar con vistas a la fase de ascenso, de la que pueden terminar el fin de semana a solo dos puntos. «Pero es que desde aquí al final de la fase regular habrá muchos enfrentamientos directos y por ello nosotros tendremos que estar preparados. De todos modos, todas esas cábalas pasan por ganar en Chapela porque sin eso, no hay nada», explica el entrenador.