En Alfonso Molina y Orzán se superan frecuentemente los 70 decibelios
21 mar 2011 . Actualizado a las 15:18 h.Los siete sonómetros que se encuentran instalados en la ciudad con el fin de cuantificar los niveles de ruido o contaminación acústica, confirman que, en general, estos se mantienen. En zonas como la plaza de Azcárraga o la del Humor las cifras se han reducido considerablemente después de la prohibición del botellón, mientras que en otros lugares de ocio, como la zona ZAS, Juan Canalejo, se ha registrado una estabilización con tendencia a la baja en algunos momentos determinados.
En la actualidad hay hasta siete aparatos distribuidos por diferentes puntos de la ciudad; dos en la Ciudad Vieja, uno en Juan Canalejo, uno en plaza de Pontevedra, uno Matogrande y otro en Alfonso Molina. En la actualidad, solo seis de ellos están conectados en red, porque uno de ellos está siendo utilizado para otro trabajo.
Los niveles de contaminación acústica suelen oscilar entre los 30 y 70 dB, en función de la zona, aunque se ha establecido 55 dB como referencia para áreas habitadas.
Cada sonómetro tiene sus peculiaridades ya que cada uno tiene una fuente de sonido diferente, por lo que resulta difícil la comparación entre ambos. No es lo mismo la medición del ruido de carretera, del que se ocupa el de Alfonso Molina, como el ruido ambiente, registrado por el de Juan Canalejo. Aún así ambas zonas pueden llegar a alcanzar los 70 decibelios, -?el de Juan Canalejo en momentos puntuales y del Alfonso Molina de manera prolongada-.
Las medidas para disminuir hasta tres decibelios los niveles de contaminación acústica en ambas zonas pasan por reducir a la mitad el tráfico en la salida de la ciudad y la cantidad de gente en la calle de copas, algo a priori complicado.
En la imagen, se observa una comparativa sobre los niveles de ruido que se alcanzan en diferentes zonas de la ciudad en dos días escogidos al azar, uno entre semana y otro de fin de semana. El domingo 20 de febrero, en Alfonso Molina los niveles máximos de ruido se alcanzaron a las dos de la tarde, llegando a tocar los 80 dB. Entre medianoche y las nueve de la mañana, la gráfica del ruido presenta un pendiente decreciente. Aún así, a las cuatro de la mañana, cuando la circulación por la zona es más bien escasa, el sonómetro rozó los 70 dB. Por otra parte, un día de diario como el jueves 20 de enero, entre las 8 de la mañana y las 10 de noche, las cifras no bajan de los 80 dB.
Humor, descenso de ruido
El sonómetro ubicado en la plaza del Humor, que con anterioridad estuvo ubicado en el parque de Bens, también ha notado un cambio significativo desde la prohibición del botellón. Así pues, el domingo 20 de febrero, la noche de un sábado, el momento de más ruido se registró a las doce de la mañana. Y durante la madrugada, de manera intermitente se alcanzaron los 66 dB a la vez que los 52 dB. El 20 de enero, día laboral, los niveles máximos de ruido se detectaron a las nueve de la mañana y a las tres de tarde. Poco después de las ocho de la mañana, el aparato registró algo menos de 48 dB.