La segunda jira tuvo una cuarta parte de la asistencia que la primera. La orquesta Panorama cerró los festejos
26 ago 2011 . Actualizado a las 14:44 h.Cualquier jira de Os Caneiros comienza en el supermercado. Por el camino de acceso al campo avanzan bolsas de populares establecimientos gallegos cargadas principalmente con botellas de refrescos de cola y tetrabriks. Y así fue ayer. Año tras año los jóvenes siguen arrinconando en la nostalgia las ya prehistóricas jiras de tranquila merienda mientras consolidan un botellón que todo lo invade. Contra él se golpean cada verano los intentos municipales de recuperar la tradición de estas fiestas nacidas en la primera mitad del siglo XX. Pero el kalimocho acumula ya tantos años en estas fiestas que muchos jóvenes dan por hecho que ésta es la verdadera tradición.
A diferencia del pasado 18 de agosto, la jira 2.0 a Os Caneiros de ayer vivió una afluencia más moderada, principalmente por vía pedestre. Como una cuarta parte de los asistentes que se registraron el día 18, según Protección Civil. Aún sin contabilizar los kilos de basura, los operarios se esperan un cifra bastante menor a las cinco toneladas recogidas hace una semana.
El acto sirvió una vez más para despedir las fiestas de Betanzos, donde la embarcación Diana Cazadora se quedó en el muelle brigantino «para ahorrar gastos municipales». El abuso del alcohol originó algunos incidentes, se registraron cinco comas etílicos y dos personas con la nariz fracturada, aunque no se pudo precisar si fue por golpes o por caídas, pero en líneas generales el dispositivo previsto por el Concello de Betanzos (más de un centenar de personas entre Policía Local, Guardia Civil, voluntarios de Protección Civil, Cruz Roja y Grumir) permitió mantener el orden durante todo el día.
Las fiestas de Betanzos llegaron así a su conclusión con una sesión de fuegos artificiales y la actuación de la orquesta Panorama. Este fin de semana alguna asociación de vecinos tiene previsto hacer una nueva incursión a Os Caneiros en la embarcación municipal, si bien ya a título particular y fuera del marco de las fiestas patronales de San Roque.