«No somos Harry Potter, pero... ¡Tatatachán!». Y en un golpe de varita mágica Benjamín Barbadillo hace aparecer una planta en una maceta vacía. Al igual que él, otros veinte usuarios del centro de día y del centro laboral Lamastelle (Aspronaga) de Oleiros participaron ayer en un curso de magia especialmente dirigida para personas con discapacidades múltiples. Con el asesoramiento del mago Pedro Volta, de la Fundación Abracadabra, los aprendices de mago practicaron al menos cinco trucos: una cuerda que misteriosamente se aguanta derecha, un libro al que de un soplo le desaparecen los colores o dos bolsas de gomaespuma que se transforman en un cubo... Los alumnos más aplicados colaboraron después con Pedro Volta en una gala a la que asistieron los 190 usuarios de Lamastelle. El mago asegura que lo mejor de esta actividad es «la cara de satisfacción de los alumnos cuando consiguen hacer los trucos». También se persigue mejorar la comunicación y la oratoria de los alumnos. «Porque la magia es terapéutica desde el punto de vista emocional», explica el mago solidario Pedro Volta.