Los manifestantes recorrieron de forma pacífica varias calles entre la plaza de Pontevedra y María Pita
16 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.A Coruña y la comarca secundaron ayer con gran éxito la manifestación de indignados que se reprodujo en las principales ciudades del planeta. La plaza de Pontevedra llegó a acumular unas cinco mil personas a las que se fueron agregando más a medida que avanzaban por San Andrés, rúa Nueva, avenida de la Marina y plaza María Pita hasta sumar, según la Policía Local, unos 10.500 indignados.
Los organizadores demoraron la salida para que se pudiese sumar el público que salía de Riazor a las seis de la tarde, también indignado con el empate del Deportivo. La céntrica plaza fue escenario, hasta ese momento, de múltiples actividades que reivindican un justo reparto de la riqueza y duros ataques a los líderes del sistema neoliberal. La paloma picassiana de la Paz apareció adornada con un gran globo terráqueo, al tiempo que personas de todas las edades exigían un cambio de rumbo en las medidas políticas y económicas. Uno de los momentos más especiales de la tarde lo protagonizó un niño de unos seis años cuando, espontáneamente, recogió uno de los altavoces y exclamó a todos: «Hola, ¡no tengo futuro!».
Hasta la hora de la manifestación, los participantes dejaron sus quejas en un gran muro donde se solicitaban aspectos tan variados como «menos apoyo a las corridas de toros», alusiones a las elecciones del 20-N o ayudas a discapacitados, mientras en otra mesa se recogían firmas para defender el carril bus, cuya retirada anunció el Ayuntamiento para antes de fin de año. «Esiximos o abandono do sistema capitalista neoliberal que nos leva á mercantilización do ser humano», rezaba el manifiesto leído en María Pita.
Muchos de los participantes dejaron escritas sus quejas en un gran muro