Un tiempo para cada equipo, que diría el clásico. El Celta pudo encarrilar el derbi en un primer tiempo durante el que fue superior, pero le faltó pegada y dejó con vida a un Racing en el segundo acto estuvo más cerca del triunfo, después de equilibrar el tanto de Okkas. Como de costumbre, al Celta le igualaron por la vía rápida. Dentro del área y sin oposición en un lance de estrategia. Fue el premio a la reacción de los departamentales.
Un derbi siempre es una cuestión de detalles. Como la calidad de Jonathan Pereira en su primer control para anunciar que estaba en Vigo, o como el posicionamiento del Racing negando el medio campo a base de presión a su rival. Pero también es un detalle el don de la lectura. El Celta de López Caro se ha vuelto paciente y práctico. Por eso, sus dos primeros avisos fueron al contragolpe, con Núñez como obús en la banda derecha. Así anunció su peligro y así se hizo con el mando del partido, que no adquirió un orden lógico hasta que cumplió su primer tercio.
Todo el peligro del Celta llegó por la banda izquierda del Racing, el primer espacio por donde aparecieron grietas debido a la lesión de Iván Romero. Por allí encontró una autopista Núñez, pero también Diego Costa, que entró como quiso en el área, pero ni definió ni entregó a Okkas.
Con el Racing en descomposición, el Celta recurrió a los lances a balón parado. Por dos veces Lequi estuvo muy cerca del éxito. Primero, tras una asistencia de Okkas y, después, en un cabezazo que se perdió por centímetros.
A medida que pasaban los minutos, más se incrementaba el monólogo vigués. Los ferrolanos parecían desconocer la existencia de Pinto y todo su trabajo se ceñía a guardar el empate sin goles. Que llegasen indemnes al descanso tenía mérito.
La actitud del Racing cambió en la reanudación. Los ferrolanos adelantaron metros y buscaron un mayor contacto con el balón, beneficiado porque los locales habían bajado un punto en intensidad. Entonces surgió la magia del fútbol en una contra de Núñez y George Lucas que acabó con un gol de bandera de Okkas por toda la escuadra. Cuando peor estaban los celestes, se encontraron con el tanto.
Premio rápido
El Racing no tardó mucho en encontrar premio, porque después un balón al palo del Cacique Medina, Charpenet cabeceó a placer un saque de córner que devolvía la igualada. Una vez más el Celta se dejaba remontar por la vía rápida. Las tablas llevaron al derbi a un estado de desgobierno. Las líneas se estiraron, el balón comenzó a ser víctima de las imprecisiones y en el correcalles volvió a emerger la figura del Rata, que había cambiado de banda para ganarle la partida a George Lucas.
En el tumulto, Okkas tuvo el segundo en un cabezazo que se fue alto con todo a favor y a Perera le sacaron con la puntera un claro balón de gol, pero todavía más clara fue la ocasión de Jonathan Pereira, que disparó al palo tras una penetración de Lamatina. Todo en medio de un epílogo eléctrico más propio de una final que de un derbi. En esta histeria volaron los minutos finales, pero el resultado ya no se movió. Los dos gallegos siguen igualados a todo.