Sexto en la Liga, en posición europea; con posibilidades de colarse en los cuartos de final de la Copa del Rey; y clasificado para dieciseisavos de final de la UEFA. El Deportivo ocupa una posición magnífica cuando apenas se ha consumido la mitad de la temporada. Si sobre el césped Lotina y sus jugadores han sido capaces de convertirse en una de las sorpresas de la temporada, no sucede lo mismo en los despachos, donde la entidad que dirige Lendoiro, pese a las productivas ventas de Coloccini y Xisco, no ha dejado de incrementar una deuda que amenaza con convertir los próximos años del club en una lenta agonía.
Hasta el 2016
De hecho, cada vez será más difícil confeccionar un equipo competitivo y amortizar deuda al mismo tiempo. Lendoiro ha conseguido casi igualar los gastos de la plantilla deportiva con las futuras amortizaciones del débito. En una hipotética suma de las deudas actuales con Hacienda (51 millones de euros) y de los actuales préstamos (58,4), el Deportivo debería afrontar cada una de las siete temporadas hasta el 30 de junio del 2016 con el lastre de 15,5 millones de euros (2.500 millones de pesetas), más los correspondientes intereses. Es decir, una cantidad no demasiado lejana a los 25 millones de euros que supone el coste de la plantilla 2008-2009, según se recoge en el presupuesto elaborado por el club, y que hipoteca el futuro de la entidad al menos durante los próximos diez años.
La deuda total ha vuelto a crecer hasta alcanzar los 159,81 millones de euros (26.591 millones de pesetas). Y ello a pesar de que Lendoiro había anunciado un plan de progresiva reducción que ha incumplido. El débito es una pesada losa de difícil salida, con 51,67 millones de euros (8.612.065 millones de pesetas) procedentes de los sucesivos aplazamientos de pago a Hacienda, y el lastre de hacer frente a los préstamos bancarios.
Obligaciones bancarias
Con un nivel de deuda solo inferior al ejercicio 2003-2004, unas obligaciones bancarias que lastran su futuro al menos hasta el 2016 y después de haber consumido, según algunas fuentes, una parte de un contrato televisivo que aún no ha entrado en vigor, la continuidad de la entidad depende de la venta de algún jugador, del benévolo trato de Hacienda y los aplazamientos de los pagos, o, como indicó un accionista en la junta, «de la bondad de los bancos que nos siguen refinanciando la deuda».
Un (afortunadamente, hoy impensable) descenso de categoría conduciría inevitablemente al concurso o a la disolución de la sociedad. De hecho, la situación es incluso más delicada que la que se ha visto obligado a afrontar el Celta (84 millones de euros en el momento de presentar el concurso, y 69, según el informe de los administradores concursales). Sin ingresos televisivos, sería imposible ni siquiera afrontar el pago de los préstamos con Caixa Galicia o con el Banco Gallego.
Ingresos futuros
Para hacer frente a una situación cada vez más crítica, el Deportivo presentó en sus cuentas una relación de deudores que se mantiene prácticamente inalterable con respecto a la del ejercicio anterior, aunque la cantidad es sensiblemente inferior (de 137 millones de euros se ha pasado a 132).
El volumen más importante corresponde a Mediapro, propietaria de los derechos televisivos del Deportivo del 2009 al 2014. En la memoria del 2006-07 figuraban ingresos por más de 43 millones de euros procedentes de los derechos de retransmisión; en la siguiente, 18 millones (último año de vigencia con Audiovisual Sport), por lo que los 25 restantes podrían proceder del adelanto de Mediapro.
En la lista de deudores también está Zona Fit (2.464.149 euros por el alquiler de un local), una firma que ahora gestiona el club y que está instalada en los bajos de Riazor, cedidos de forma gratuita por el Ayuntamiento y que compite con otras empresas que sí tienen que pagar por sus instalaciones.