Kimi Raikkonen protagonizó un nefasto 2008. Pese a contar con uno de los mejores coches en la competición, solo ganó dos carreras (los grandes premios de Malasia y España) y terminó el Mundial de Fórmula 1 a 23 puntos del campeón, Lewis Hamilton. La decepción fue mayor toda vez que su compañero de escudería, Felipe Massa, le sacó 22 puntos pilotando un bólido idéntico al suyo. El hombre de hielo ni siquiera consiguió terminar tres de las pruebas en las que tomó la salida y en otras dos no logró pasar del decimoquinto puesto.
Nada que ver con aquel mágico 2007 en el que ganó el título tras cosechar 110 puntos en las 17 carreras disputadas -un año más tarde solo sumó 75, en 18 grandes premios-. Para quedar campeón llegó a hacer seis primeros puestos y a subir otras tantas veces al podio. Aquella trayectoria casi inmaculada impidió que los pilotos de McLaren consiguieran el título, en medio de una guerra abierta entre Hamilton y Alonso que llevó al español a cambiar de escudería.
Eso, la exitosa temporada del 2007, es lo que quiere revivir el finlandés, al tiempo que olvida lo sucedido el año pasado. Se lo ha tomado tan en serio que ya ha empezado a perder peso. Fue campeón con menos de 62 kilos y al acabar la siguiente temporada estaba por encima de los 65. Durante el período de inactividad por el parón entre campeonatos ganó algunos más que ya ha empezado a quemar.
Sin embargo, el problema de los kilos no deja de ser un mal menor al lado de uno de los vicios conocidos del deportista: el alcohol. Raikkonen, de 29 años, empieza a pensar que su afición por la bebida puede estarle pasando factura y se ha convertido en abstemio. Así lo aseguraba ayer el diario Ilta Sanomat , que recogía el testimonio de gente próxima al piloto.
Semanas sin probar una gota
«Lleva muchas semanas sin probar una sola gota», señala la publicación, que incluso aporta pruebas: «Fue visto recientemente en un local nocturno de Helsinki consumiendo refrescos sin alcohol y rodeado de varios amigos en evidente estado de embriaguez».
Para quien no sepa de las andanzas del hombre de hielo, el asunto no tendrá mayor mérito, pero algunos como Jean Todt, lo entenderán como una hazaña. El entonces director de Ferrari (ahora reconvertido en consejero del presidente de la escudería) dejaba ya en el 2007 un recadito a su hombre franquicia: «Si de vez en cuando quiere tomarse una copa con sus amigos, nosotros solo le pedimos que lo haga con discreción».
En defensa del de Espoo salió en aquella ocasión otro viejo conocido del circo automovilístico. Eddie Jordan (ex propietario del equipo Jordan) escribió en la revista F1 Racing: «Fuera de la temporada creo que Kimi tiene derecho a emborracharse de vez en cuando».
Curiosamente, un par de años antes, la firma de whisky escocés Johnnie Walker había elegido al finlandés para protagonizar un anuncio de consumo responsable del alcohol. Entonces corría en McLaren y su patrón, Ron Dennis, no se cortó al reprenderlo: «Su mentalidad a veces es la de un chaval de 16 o 17 años». El piloto había sido sorprendido borracho y desnudo en un bar de Londres. «Es mi vida privada y hago con ella lo que quiero», respondió airado cuando le mencionaron el asunto.
Ahora, esa vida privada ha cambiado. «Entrena mucho para preparar la temporada», decía a Ilta Sanomat Riku Kuvaja, asistente de Kimi, que va a portarse bien fuera de las pistas para volver a ser bueno en carrera.