Ocho meses en el cargo le han bastado a Del Burgo para defender a ultranza el discutido modelo español de lucha antidopaje
17 mar 2009 . Actualizado a las 02:48 h.Martín del Burgo se convirtió en julio pasado en el primer responsable en España de la lucha contra las sustancias ilegales en el deporte, un cometido rodeado de polémica.
-La operación Puerto provocó que se señalara a España como paraíso del dopaje. ¿La imagen se acerca a la realidad?
-Existe un concepto equivocado sobre la operación Puerto, una de las operaciones policiales más ambiciosas que se han hecho en el mundo.
-Pues desde Italia se criticó hace poco la «pasividad» de las autoridades españolas en la lucha contra el dopaje.
-Algunos confunden pasividad con respeto a la legalidad en una materia que está en tutela judicial, así lo ha dicho el iuez instructor anulando todo lo actuado desde el país vecino; me refiero a Valverde, del que hasta la fecha no tenemos conocimiento de haber tenido un control de dopaje adverso. La prudencia siempre es buena consejera.
-Las declaraciones de Nadal sobre los excesos de los controles han resucitado quejas de otras disciplinas ¿Considera justo fiscalizar la vida privada de los deportistas para luchar contra el dopaje?
-Lo más razonable sería un equilibrio entre el derecho a la privacidad y a la intimidad con el cumplimiento de las disposiciones de localización del deportista que establece el Código Mundial Antidopaje a partir del 2009. En España, según el borrador del proyecto de real decreto de protección de la salud y lucha contra el dopaje, se salvaguardan las horas de nocturnidad, de las 23 horas a las 8 del día siguiente.
-¿Ha habido un ensañamiento con el mundo del ciclismo?
-La peculiaridad del ciclismo respecto de los casos de dopaje tiene que ver con el esfuerzo agónico de la modalidad y la presencia de algunos directivos y profesionales que han imbuido a sus deportistas prácticas equivocadas, perniciosas y nocivas para la salud, con resultado de sanciones y noticias de primera plana. Habría que estudiar muy detenidamente si el mayor grado de culpabilidad o responsabilidad recae en el deportista o en su entorno.
-Y en el caso del fútbol, ¿hay mayor permisividad que con otros deportes?
-En el fútbol no existe ninguna permisividad. En España, las normas de control de dopaje de la Federación establecen 1.500 pruebas anuales en las tres categorías de fútbol nacional. En la pasada Eurocopa, 274 jugadores fueron sometidos a pruebas de control de dopaje y todas fueron negativas.
-El organismo que dirige carece de competencia sancionadora, ¿pierde así efectividad?
-La capacidad sancionadora es el último eslabón de la cadena; posiblemente es mejor prevenir que sancionar. En cualquier caso, la agencia puede recurrir las sanciones de la Comisión de Control y Seguimiento de la Salud y Lucha contra el Dopaje si no se ajustasen a derecho.
-¿Es suficiente la inversión en la lucha antidopaje frente a las constantes innovaciones en sustancias dopantes?
-El presupuesto que se dedica a luchar contra el dopaje en el concierto internacional y en nuestro país puede ser suficiente. Pero al ser un fenómeno de nueva regulación y tipificación nacional e internacional, el tiempo irá marcando las necesidades. Como ejemplo, en España se ha duplicado en el 2009 el presupuesto público dedicado a corregir esta práctica ilegal.