Gustavo Nieves, campeón europeo de 10.000 con récord del mundo

DEPORTES

El atleta gallego, deficiente visual, consiguió tres medallas en la cita continental

13 jun 2009 . Actualizado a las 03:08 h.

Gustavo Nieves (Vilalba, 1984) sale a hombros de Rodas (Grecia). El atleta paralímpico gallego con una importante deficiencia visual (compite en la categoría T-12 para semiciegos) consiguió en el campeonato de Europa tres medallas (dos de oro y una plata) y se despidió con un récord del mundo en los 10.000 metros. Cuando estaba pendiente de la homologación de su marca en Santiago de Compostela, pulverizó el registro con un tiempo de 31.33.17.

El atleta adscrito a la Sociedad Gimnástica de Pontevedra dominó la cita de principio a fin. «Corrí solo», comentó a La Voz de Galicia en sentido figurado. Porque desde la primera zancada tenía decidido atacar el récord del mundo. Por eso se marchó en solitario desde el primer metro, marcando un ritmo medio de 3 min 08 s el kilómetro. Era el tiempo estipulado en la hoja de ruta para cruzar la meta con un récord mundial debajo del brazo.

«Hacía mucho calor y todo el mundo salió a tomárselo con calma, pero yo quería batir el récord del mundo y sabía que tenía que apretar. En todo momento fui regulando el esfuerzo y acabé bastante bien», comenta Gustavo Nieves, que les sacó más de dos minutos y medio a sus perseguidores en la línea de meta. Poco menos que una vuelta.

A diferencia de la marca conseguida en Santiago en el mes de abril, en Grecia no tendrá ningún problema de homologación. El cronómetro era electrónico y el atleta gallego pasó el pertinente control antidopaje nada más finalizar la prueba. El pontevedrés de adopción no ha fallado en su pronóstico. Buscaba tres metales en las tres pruebas que iba a correr en el Europeo y acertó de pleno. Comenzó ganando el pasado lunes el 5.000 con autoridad, se hizo con la plata en el 1.500 del miércoles y ayer con otro oro adornado de una plusmarca universal. Aun así estaba contento, pero no tiraba cohetes. «Siempre se puede hacer mejor y pudieron ser tres oros, pero tres medallas no están nada mal», comentó a modo de resumen.

El éxito del campeonato de Europa alimenta todavía más la historia de superación de un deportista que perdió gran parte de su visión a los 17 años y que triunfa en la vida. Como atleta y como estudiante. En poco tiempo será ingeniero de minas.