Fue mejor que Argentina y obtuvo merecidamente el campeonato del mundo
12 jul 2009 . Actualizado a las 02:52 h.España alcanzó ayer su décimo cuarto título mundial, y el tercero de forma consecutiva, tras vencer en la final a Argentina por 3-1. En el palmarés se queda a un solo campeonato de igualar con Portugal que tiene quince cetros mundiales.
La tercera final de la última década entre estas dos selecciones se resolvió por segunda ocasión a favor del combinado español que vengó la derrota del último torneo en tierras españolas disputado en Reus en 1999.
En el comienzo quedó claro que ambos equipos sabían de la importancia de marcar primero. Todo indicaba que si el que lo hacía era España, lograría medio billete hacia el título. En los diez primeros minutos se comprobó que los albicelestes tenían un miedo atroz al poderío del gran dominador mundial de este deporte.
Dos bolas a los postes de la meta defendida por el Turco Kenan ponían más nervios a los argentinos. Entonces llegó el primer tanto local. Un error defensivo del equipo de José Martinazzo permitió que un gran pase de Pedro Gil lo culminase Jordi Bargalló en gol. Ese fue el momento para los españoles que tuvieron en una falta directa, por exclusión por cinco minutos de Reinaldo García, su posibilidad para apuntillar a Argentina.
Sin embargo, la albiceleste cogió vida. Antes del descanso pudo empatar el partido con un penalti que no pudo convertir el Mono Velasquez, y con un remate que salvó in extremis Sergi Fernández. En el comienzo de la segunda mitad una falta directa, con exclusión esta vez para Josep María Roca, no la aprovechó Reinaldo García que se resbaló en el momento de ir a golpear la bola.
La peor noticia para España llegó a los cinco minutos del segundo período con la lesión del meta titular Sergi Fernández, que se vio obligado a dejar su sitio a Guillem Trabal, una garantía de éxito pero que podía pagar su salida en frío. Así fue porque con el primer disparo contra su portería, Carlos Nicolia puso la igualada en el marcador.
El conjunto de Carlos Feriche parecía haberse ido del partido. Un penalti desperdiciado por Carlos Gil así lo demostraba. Se reencontró gracias a la aparición del nuevo jugador del Liceo, Marc Güal, que puso el segundo tanto español. Después Jordi Adroher hizo el tercero. El partido entró ya en una locura con el resultado decidido.