David Blanco afronta su novena ronda lusa con el objetivo de lograr su tercer triunfo
03 ago 2009 . Actualizado a las 17:42 h.Será su novena Vuelta a Portugal. Podría ser su tercer triunfo. «No me importaría que me nacionalizaran, por lo menos me llevaban al Mundial», dice entre risas el compostelano David Blanco. Es el único extranjero que ha ganado dos rondas lusas. El hombre que le dio su primer triunfo en la grandísima al Palmeiras, un equipo histórico que ansiaba esta victoria. Muchos corredores recurren al pelotón del país vecino para sobrevivir. «Yo vivo bien», dice el gallego. Porque en Tavira, la sede de su equipo, el ciclismo es el deporte rey.
«Cuando eres el campeón todo lo que no sea ganar es considerado un fracaso», admite. Hoy viajará a Portugal. Y el miércoles dará sus primeras pedaladas en la carrera, que finalizará el 16 de agosto. Será el último en tomar la salida en el prólogo de Lisboa. Se conoce de memoria el recorrido de toda la carrera. «Lo tengo todo chapado. No hay ninguna zona que se me escape», asegura.
Esta vez se ha preparado en altura. «Decidí entrenarme en altitud para mejorar, dar un paso más. Hablé con Ezequiel Mosquera del tema y a él le fue bien para la Vuelta a España. Estuve dos semanas en Pena Trevinca. Allí disfruté de buen tiempo y coincidí con corredores del Xacobeo. Ahora tengo sensaciones raras, pero todo el mundo me dice que es normal», comenta.
«Yo centro toda la temporada en esta vuelta. Es mi apuesta. Hasta hace dos meses prácticamente no apreté de verdad. En el 2007 intenté estar bien a mitad de año y gané entonces, pero no estuve a tope después, cuando sí tenía que vencer», dice.
Este año comparte equipo con Cándido Barbosa, que suma tres podios en la carrera reina de su país. Vidal Fitas, director de la formación, dice que la carretera elegirá. Blanco no ve ningún problema al estilo del Astana. «Probablemente Barbosa se ponga de líder, las primeras etapas le van muy bien. Pero no creo que haya problemas. Al final, si gana él, gana nuestro equipo. Al director le da igual que se imponga uno u otro», señala.
En el Palmeiras Tavira volverá a estar a su lado el estradense Alex Marque. «Al pobre le tocará sacrificarse por mí. Cada año anda más. Ha progresado mucho subiendo. A priori, cuesta arriba tenemos un equipo muy potente», resume.
Asegura que, aunque algunos destaquen el potencial de los equipos no portugueses que acuden a la carrera este año, como el Fuji o el Lampre, las formaciones extranjeras nunca tuvieron opciones en esta prueba. «El año en el que yo gané con el Comunidad Valenciana y la edición del 2005, en la que Efimkin se impuso tras una fuga medio rara y le dio el triunfo al Barloworld, son excepciones. Los que mandan son los equipos portugueses. Nosotros llevamos todo el año pensando en esto, no es como llegar medio de rebote», comenta.
Guerra, el gran rival
Para el gallego, la gran amenaza es el madrileño Héctor Guerra, del Liberty. «No es por menospreciar a otros rivales, pero al que tengo en la cabeza desde el año pasado es a Guerra, que va como un obús», apunta. Blanco recuerda que este corredor «le metió a Valverde 23 segundos en solo ocho kilómetros de contrarreloj en la Vuelta a Madrid». En la crono final de la Vuelta a Portugal contará con 30,8 kilómetros. «Tendré que atacar en mi terreno, la montaña, para llegar con ventaja. La cima de la Senhora da Graça decidirá primero quién no gana. Pero la clave será el Alto de la Torre, en el penúltimo día. Siempre marca diferencias. Si estoy bien, para arriba yo voy mejor que él», indica Blanco. «Con quince minutos igual estaría tranquilo», bromea.
Guerra y Rubén Plaza son dos emigrantes españoles que, luciendo maillot luso, han logrado resultados brillantes en su tierra. «Ahora, dejando al margen los equipos ProTour, en Portugal hay bastante más nivel que en España», explica.
Le restan dos años más de contrato con el Palmeiras. No sabe si serán los últimos de su carrera. «No me cuesta entrenarme», insiste. Pero el Xacobeo no está en el horizonte. «No me veo en ese equipo. Tampoco me quita el sueño a estas alturas de la película. Pero a ver si ahora los nuevos gestores cuidan más a los ciclistas gallegos», indica.
Fue corredor del Kelme, top ten de la Vuelta, mundialista y fichaje frustrado del Xacobeo. Tras la tormenta de la operación Puerto, volvió al punto de partida de su carrera, Portugal. Pero para reinar en el pelotón. «Solo estoy fastidiado cuando llega la Vuelta a España, porque sé que yo podría estar ahí. Pero otros que pasaron por la misma situación que yo están bastante peor. Ahora soy feliz», concluye.