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Lolo Penas, el más rápido de la cárcel

X.?R. Castro

DEPORTES

Hace malabares para trabajar y competir, pero desde que entró en Instituciones Penitenciarias han llegado sus mejores resultados

13 oct 2009 . Actualizado a las 03:37 h.

No basta con ser mundialista para vivir del atletismo. Profesionales de este deporte se cuentan con los dedos en España. Por eso, la estabilidad laboral es lo primero que buscan los atletas para después lucirse en la pista. A Lolo Penas (Arzúa, 1977) le ha sentado de maravilla aprobar unas oposiciones y acceder al mundo laboral. Desde que es funcionario han llegado sus mejores resultados y ha dado el salto a la internacionalidad. Pero su trabajo no es de ocho a tres ni plantarse delante de un ordenador. Desde enero pasado ejerce como funcionario de prisiones y lo hace en Aranjuez, en la cárcel Madrid 6. Desde allí hace auténticos juegos malabares para combinar entrenamientos, competición y trabajo.

«Nadie tiene vocación de trabajar en una cárcel, pero como del atletismo solo no se vive, tenía claro que necesitaba buscar un trabajo que me diese estabilidad laboral. Surgió la opción de preparar unas oposiciones a penitenciarías y aprobé; desde entonces todo me va genial. He conseguido los mejores resultados de mi vida deportiva». Desde que es carcelero ha estado en dos campeonatos del mundo (el de cros y al aire libre), ha participado en la Copa de Europa de 10.000 metros, ha ganado cuanto campeonato gallego se ha disputado y ha coleccionado populares, las citas que hasta el 2009 eran su único medio de vida a expensas de la beca de turno de la federación, un premio que depende de las marcas y del estado de forma. Un año en blanco en forma de lesión equivale a tener la cuenta a cero.

Combinar trabajo y deporte

Aún así, durante mucho tiempo Lolo Penas ha tenido que hacer números para mantener su ritmo de entrenamientos. «Muchas veces cambio guardias con mis compañeros para agrupar después días que me permitan ir a las competiciones. Por ejemplo, cada dos días de trabajo son seis de descanso». Otras se viste de corto a las diez de la noche cuando abandona la cárcel y en alguna ocasión ha visto nacer la luz del alba en zapatillas antes de calzarse las botas reglamentarias. Incluso ha llegado a competir, en alguna popular, sin haber dormido el día anterior. Lo hizo en Vigo la semana pasada y ganó de calle.

Su irrupción en la élite del atletismo español no ha pasado desapercibida ni para presos ni para los responsables del centro. Los reclusos tuvieron ocasión de seguirlo en el último mundial, en donde se retiró en la carrera de 10.000 metros, por la tele. «Estuvieron viendo la final y me dieron muchos ánimos. Habitualmente siguen mis competiciones». Ninguno lo ha retado a una carrera. En cuanto a sus jefes, han comenzado a darle facilidades. «Tanto Instituciones Penitenciarias como mis jefes directos del centro se están portando muy bien y me dan facilidades para que pueda conseguir los mejores resultados», sentencia el notable atleta coruñés.

Su próximo reto es quedar campeón de Europa de cros, pero no en una prueba en donde tenga como enemigos al mítico Sergey Leveb ni a Teté de la Ossa, sino a otros funcionarios de prisiones de todo el continente. «Que yo sepa, en España soy el único atleta que tiene este trabajo, y en el continente no creo que muchos funcionarios de prisiones sean atletas, por eso quiero ganar este campeonato». La cita será el próximo 7 de noviembre en Dublín.