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Óscar Pereiro encandila a los alumnos del Instituto de Monterroso

La Voz

LUGO

04 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La visita de Óscar Pereiro al Instituto de Enseñanza Secundaria de Monterroso se saldó con un baño de masas del ciclista gallego. La expectación que levantó el campeón del Tour 2006 fue máxima y los alumnos del centro no desperdiciaron la ocasión para formular infinidad de preguntas al corredor. El de Mos aprovechó su paso por la comarca de A Ulloa para hablar sobre el pasado y el futuro de su vida profesional y dejar una impronta de persona cercana a los jóvenes que asistieron al acto.

El ciclista de la eterna sonrisa se movió como pez en el agua en un salón de actos en el que la atmósfera estaba cargada de admiración y expectación. El silencio se hizo una vez que el ganador del Tour 2006 entró en el salón de actos del centro de enseñanza de Monterroso. Fueron los ilusionantes prolegómenos de una sesión en la que el corredor destripó muchas de las anécdotas y secretos de su vida deportiva.

La directora y el profesor de educación física del centro realizaron una breve introducción a la charla que, posteriormente, ofrecería Pereiro. Pero, entre ambas intervenciones, emergió la primera sorpresa de la mañana. Dos alumnos pronunciaron un extraordinario perfil del ciclista que, fue muy del agrado de los asistentes. Posteriormente, el subdirector de La Voz de Galicia y responsable de Deportes del diario Fernando Hidalgo hizo una breve introducción sobre el personaje.

A continuación, los alumnos del IES trataron de despejar todas sus dudas acerca del ciclismo en general y de la figura de Óscar Pereiro en particular. Y el de Mos se mostró encantado de participar en el juego que los jóvenes le propusieron.

Una de las grandes incógnitas de los asistentes era conocer qué deparará el futuro del combativo deportista. El corredor manifestó que «estoy esperando para decidirme. Cuento con tres ofertas de equipos extranjeros y lo estoy valorando. Quiero disfrutar de la bicicleta».

Mejor momento

Y es que, por encima de triunfos, fama y otro tipo de cuestiones, Óscar Pereiro dejó claro que una de sus prioridades es la de gozar dando pedaladas. El ciclista sorprendió al público cuando afirmó que su mejor año fue el 2005, una fecha marcada una temporada antes de que se proclamase campeón del Tour de Francia. «Entonces gané una etapa en la ronda gala y fui declarado el corredor más combativo. Todo fue más divertido que en la siguiente edición», señaló el de Mos.

Pero la interrogante quedó abierta para los alumnos, que incidieron en la cuestión. «¿No fue mejor el 2006?». Pereiro siempre reconoció que «ganar el Tour supuso una alegría inmensa, pero durante la carrera sufrí mucho». A ello, hay que añadirle que el gallego no pudo celebrar en los Campos Eliseos la victoria, dado que fue declarado vencedor tiempo después del positivo del americano Landis.

También hubo tiempo para que el ciclista recordase su trago más amargo. «Sin duda, la caída que sufrí en el Tour 2008. Me llevé un susto tremendo e incluso vi la muerte de cerca», explicó. Entonces, en la decimoquinta etapa, se fracturó el húmero cuando descendía el Col de Agnelo y se fue por un terraplén después de pasar por encima de la valla protectora.

Dieta

Otra de las grandes incógnitas que rondaba por la cabeza de los alumnos de Monterroso radicaba en la alimentación de los ciclistas. Óscar Pereiro resolvió el enigma al detalle: «Cuando estoy en carrera, me levanto a las seis de la mañana y realizo un desayuno fuerte. Me inclino por la pasta, tostadas con mermelada y, en ocasiones, por un croissant con jamón y queso. Ya en competición, hay que ingerir alguna pequeña cantidad cada media hora».

Cercano y atento con cada uno de los niños y niñas que acudieron a su encuentro en Monterroso, Óscar Pereiro demostró su sinceridad. «Sé que no volveré a ganar un Tour», manifestó el de Mos cuando fue inquirido de nuevo acerca de su futuro.

Acerca de la iniciativa emprendida por el IES de Monterroso, Óscar Pereiro señaló que «asistir a este tipos de actos me parece una obligación. Considero patético que haya gente que pida dinero por compartir una experiencia de este tipo en un instituto». Igualmente, Pereiro se mostró sorprendido por los conocimientos sobre su deporte que evidenciaron los presentes.

A la salida Pereiro se convirtió en el foco de todas las miradas y cámaras de los asistentes. Paciente y sonriente posó con cada uno de los alumnos y alumnas que así lo desearon y firmó todos los autógrafos que le solicitaron. Y los hizo más felices.