Milos tenía imposible debutar con victoria en el banquillo del Cangas. El Barcelona solo contó con Igropulo de los jugadores azulgranas que disputaron el Europeo, pero la distancia entre ambos es sideral. Para el colista la hora de la verdad llegará en el derbi del próximo sábado.
Durante los primeros minutos, el Cangas aguantó el tipo frente al Barça. Apretó los dientes en defensa y aprovechó sus ataques, gracias a la eficacia de Soliño en el extremo y la capacidad de Oslak para filtrarse entre los pivotes del Barça, aunque se topó con la inspiración de Barrufet.
Pero el equipo de Xavi Pascual no tardó en imponer su calidad. Lo hizo apoyado en algunos veteranos, como Barrufet, Noddesbo, Rutenka o Boldsen, pero también en la frescura de los recién llegados, como Ariño, Álvaro Ruiz o Miralles. El Barcelona rompió el partido en el ecuador de la primera parte.
Durante unos minutos, el encuentro se convirtió en un correcalles. En el intercambio de golpes destacó la calidad y la capacidad de decisión azulgrana, con jugadores como Noddesbo o Rocas, que culminaron varios contragolpes para desequilibrar definitivamente el choque.
Con trece goles de ventaja al descanso (21-8), el Barça se dedicó a administrar su renta sin exprimir al máximo su juego, mientras el Frigo se resignaba a firmar una derrota digna.
El Barça dobló a su rival durante casi toda la segunda parte (24-12, min. 37; 26-13, min. 41). El Cangas mantuvo el tipo y jugó con criterio sin desenchufarse, aunque asumiendo la derrota.