El portero eterno, David Barrufet, anunciará hoy su despedida del balonmano activo después de 32 años dedicados en cuerpo y alma a este deporte y tras sumar setenta títulos defendiendo la meta Barcelona.
Nacido en 1970, este barcelonés se inició en el balonmano con 8 años, en el Sagrada Familia de Horta y animado por su hermano mayor, Jaume. Con 14 fichó por el Barça y cuatro después debutó con el primer equipo. Lleva casi 22 años en la máxima categoría. Desde 1999 es el capitán del equipo. Es experto en Derecho Deportivo y es padre de dos hijos: Noa, de 9 años, e Ian, que tiene 5.
Barrufet sufrió un grave accidente de moto a los 18 años que le produjo una importante lesión en el dedo corazón de la mano izquierda, que siempre lleva tapado con un aparatoso vendaje.
Desde sus inicios el meta ha lucido un pantalón de color amarillo. Descubrió mediante un estudio psicológico que los jugadores, cuando están cansados, lanzan allí donde ven un color que les atrae, y el amarillo es uno de ellos. En 1993 se cambió el color. Y se rompió los ligamentos de la pierna izquierda. Desde entonces solo confía en el amarillo.
Cuando anunció su retirada de la selección, tras los Juegos de Pekín, se fue con la medalla de bronce y el balón de aquel partido. Se acordó de Jaume, su hermano mayor, fallecido en accidente de tráfico en agosto de 1998. A finales de temporada verá colgada su camiseta con el 16 en lo más alto del Palau Blaugrana.