Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

«Ya no busco dar el pase de mi vida»

P. Barreiros / R. Ventureira

DEPORTES

El compostelano, que ha participado en las cinco últimas jornadas de Liga, se perfila titular esta tarde frente al Espanyol por segunda vez en el campeonato

14 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

A Iván Pérez (Santiago, 1985) le encanta hablar de fútbol. En sus respuestas no se desliza ni un solo tópico y los entresijos del juego parecen iluminados por la razón de un futbolista que está rompiendo tópicos en la temporada de su debut. Mediapunta de éxito en el Fabril, en Primera juega en banda, desde donde se está destacando como el primer recambio de Lotina. Hoy, por fin, formará en el once titular.

-Está disfrutando ahora de la continuidad que no tuvo en los primeros partidos.

-Sí, sobre todo me estoy encontrando más tranquilo dentro del campo y se está viendo que ya no es como en los primeros partidos, que se me veía más tenso, más eléctrico. Ahora tengo más calma, más cabeza, creo que estoy cogiendo las bases de la categoría, pero aún me queda camino por recorrer.

-¿Jugaba más precipitado?

-Sí, jugaba al ritmo de Segunda B, un ritmo muy alto, muy de no pensar, sino de buscar la portería rival y aquí tienes que calmarte, tranquilizar, medir los pases, mirar todo lo que tienes delante para saber cuál es el momento adecuado para el gol.

-Y saber, como le decían a De la Peña, que no siempre hay que dar el pase de gol.

-Y eso es algo de lo que pecaba al principio, que siempre fui un jugador muy directo, muy vertical, que buscaba siempre ese pase de finalización y que, por tanto, arriesgaba más de la cuenta. No se puede arriesgar tanto, hay que saber retener más el balón. Ya no busco dar el pase de mi vida. Está claro que los jugadores que estamos más habituados a arriesgar alguna vez lo vamos a hacer y eso conlleva pérdidas, pero cuando el míster empieza a darte oportunidades es porque sabe que esas pérdidas las asumes y buscas algo positivo para el equipo.

-¿Es un asunto de reaprender a jugar, o es más psicológico?

-Es más de cabeza. Tú no puedes cambiar tu forma de ser o de jugar. Tú lo que tienes es que pensar más y mejor qué es lo que debes hacer con lo que tú posees, con tu calidad o con tu visión de juego. Por tanto, dentro de esas bases si tú antes jugabas muy vertical, ahora tienes que calmarte un poco más y buscar esa verticalidad cuando ves la opción correcta y exacta. Y eso es algo que se aprende con el paso del tiempo.

-¿Y cómo lo ha hecho?

-Con el apoyo de todos, tanto de entrenadores como de compañeros, que son los que te tienen que ir ayudando. De cada jugador tienes que coger un poco de los granitos de arena que cada uno posee y tú quedarte con los granitos buenos, los malos desecharlos, pero los buenos intentar cogerlos y adaptarlos a ti.

-¿De Valerón, por ejemplo, qué coge?

-La tranquilidad que tiene para jugar al fútbol y la visión de juego que tiene, porque es un jugador que parece que todo lo difícil lo hace fácil, pero es porque juega con mucha tranquilidad y con mucha sangre fría.

-¿Y de los demás?

-Por ejemplo, de Sergio me quedo con la constancia y la veteranía de posición; de Bodipo, sus movimientos y su desmarque; de Riki cojo su cabeza para buscar portería; de Adrián, su visión de juego de espaldas... de cada uno vas fijándote en ciertas cosas que tienes que intentar adaptar a tu forma de jugar para hacerte mejor jugador.

-Su mejoría es evidente, pero no acaba de alcanzar la brillantez que tenía en la mediapunta del Fabril, quizá porque juega en banda, ¿verdad?

-Siempre se me complicó más en banda, porque soy un jugador que me gusta salir hacia los dos lados y ahí me quedo más estancado. Si me pongo por la izquierda, solo tengo visión hacia la derecha y si me pongo por la derecha solo tengo visión hacia la izquierda. ¿Qué a cualquier futbolista le gusta jugar en su posición? Está claro, pero a mí mientras me pongan en una posición y pueda echar una mano, aunque sea de central, de lateral, me da lo mismo. Hasta de portero [y se ríe, pues mide 1,71].