Los derbis suelen ser partidos igualados. El de ayer estuvo desequilibrado. Si había un favorito en el clásico de O Gatañal ese era el Octavio, sin embargo el gato del agua se lo llevaron los de O Morrazo, que le pasaron por encima a los vigueses.
Era el debut de Nikola Milos en casa como entrenador del Cangas y a fe que el croata ha cambiado por completo la mentalidad del equipo de O Gatañal, que parecía completamente hundido en la clasificación y ni los más optimistas pensaban en la posibilidad de salvarse en esta segunda vuelta, pero el triunfo de ayer en el derbi les hace ver la luz, y aunque siga siendo una utopía, ahora mismo tienen los puestos de permanencia a cinco puntos.
En cambio para el Octavio fue un golpe terrible, ya no por la derrota, sino por la forma en que se produjo. Quique Domínguez va a tener que trabajar mucho para levantar a un equipo que sigue en puestos de descenso y que afronta ahora dos duelos ante rivales directos. Los vigueses se hundieron en la marea azul canguesa.
Milos sorprendió con una defensa presionante en nueve metros, muy abierta, lo que pareció desconcertar de inicio al Pilotes. En el primer tiempo las defensas estuvieron más atinadas que los ataques, pero hubo un jugador que está en un momento de inspiración espectacular, que marcó las diferencias. Este es el esloveno Borut Oslak.
En los ocho primeros minutos fue el único que consiguió marcar en jugada con los dos tantos de los locales. Los vigueses no hacían más que perder balones casi en cada ataque, y así se abrió la primera brecha de 7-1 a los doce minutos.
Cerillo marcó el segundo gol del Octavio, el primero sin ser de penalti, a los 14 minutos de juego. El Cangas perdió durante esos minutos la enorme intensidad inicial, que era muy difícil de mantener, y los de Quique Domínguez no perdonaron. Remaron bien contracorriente y no solo consiguieron engancharse de nuevo al partido, sino que llegaron a ponerse por delante tras un parcial de 0 a 7 (7-8).
El técnico del Octavio había apostado por Javi Santana en la portería por su conocimiento del rival, donde jugó el año pasado, y en esos minutos estuvo muy entonado.
Los de Milos consiguieron frenar la sangría antes del descanso al que llegaron con ventaja de dos goles (12-10).
Un dato curioso: ninguna exclusión en el primer tiempo. Algo anormal en un derbi de estas características con tanto en juego.
La segunda parte empezó igual que la primera y el Cangas abrió una brecha de cuatro (14-10) nada más empezar. Kevin entró en la portería y tuvo muy buenas intervenciones.
El Octavio hizo la goma aguantando una desventaja entre dos y tres goles, hasta que la cuerda se rompió.
La diferencia está en los tiros de primera línea. Los cangueses consiguieron veinte por solo siete de los vigueses. Rudovic está bajísimo y nadie parece asumir la responsabilidad.
Mucho les queda sufrir a los dos gallegos de Asobal.