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El Kiel impide al Barça alzar la Copa de Europa en el último partido de Barrufet

La Voz COLONIA/EFE.

DEPORTES

Los españoles gozaban de una ventaja de cinco goles a 11 minutos de la conclusión

31 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El Barcelona se quedó a un paso de conquistar la primera final a cuatro de la historia del balonmano continental tras perder ante el Kiel (34-36) el día en el que se despedía su capitán David Barrufet. El equipo azulgrana, que volvía a una final europea cinco años después, dominó el partido durante cuarenta minutos (24-19, min 39), pero una defensa mixta ordenada por el técnico islandés Alfred Gislasson sobre el lateral Rutenka derribó a un Barcelona que se quedó sin ideas en ataque y sin respuesta en el banquillo.

Al igual que en el partido de semifinales contra el Ciudad Real, Alfred Gislasson necesitó sentar unos minutos al portero Thierry Omeyer para recuperar a su estrella. En su vuelta a la pista el internacional francés sacó a relucir su calidad con una serie de paradas consecutivas. Entre Omeyer (con 17 intervenciones) y el cañonero checo Filip Jicha (ocho goles en la primera parte) mantuvieron al Kiel en el partido, ya que Narcisse, Zeitz y el pivote sueco Ahlm eran incapaces de superar a un gran Barrufet.

El mejor portero que ha dado el balonmano español quiso celebrar su despedida con una nueva exhibición. Cerró el primer tiempo con un 50 por ciento de paradas, después de sustituir a Saric en el minuto 13. Y es que Barrufet se creció en cada ataque alemán. Con cada lanzamiento detenido logró enmudecer a los 20.000 alemanes que llenaban el Lanxess Arena.

No brilló Barrufet únicamente en ese momento. El meta estuvo protegido por una magnífica defensa liderada por el sueco Magnus Jernemyr, Víctor Tomás y el danés Joachim Boldsen, algunos de los guerreros de Xavier Pascual Pasqui .

Pero en la primera parte el potente Barcelona no rozó solo la perfección en ataque. Los blaugranas convirtieron ocho de sus primeros diez lanzamientos y cuando tuvieron problemas siempre encontraron una solución en el pivote danés Noddesbo o en el internacional Juanín García, letal desde la distancia de siete metros.

Un tiempo muerto clave

Todo funcionó de maravilla hasta que Gislasson pidió tiempo muerto cuando el Barcelona adquirió una ventaja de cinco goles. A partir de ahí se vivió otro encuentro. La defensa mixta sobre Rutenka hizo mucho daño a los españoles. Los alemanes, con un sensacional portero, empezaron a creer en la remontada cuando se situaron a dos goles tras un parcial 1-5 en siete minutos (26-24, min 46).

Cuando Pasqui paró el choque, el Kiel ya se sentía ganador (29-29, min 50). Y es que al igual que ante el Ciudad Real en el partido de semifinales, los alemanes habían hecho lo más difícil: remontar una desventaja de cinco goles.