Xevi Pons sale victorioso de un duelo sin cuartel con Sergio Vallejo, que le disputó el triunfo hasta el final

La Voz X. R. C. OURENSE/LA VOZ.

OURENSE CIUDAD

20 jun 2010 . Actualizado a las 02:59 h.

Fuster ganó con claridad la primera batalla, pero el resto del rali fue un intercambio de golpes. Una lucha de gladiadores en donde hasta el alicantino salió malparado con una rotura de palier antes de acabar la mañana.

Pero los grandes protagonistas del Rali de Ourense del 2010 fueron Vallejo y Xevi Pons, compañeros del Nupel Team hasta hace un mes y ayer encarnizados enemigos. El lucense adoptó el papel de David, y con un Peugeot 207 S2000 comenzó a hacer historia en Castrelo de Miño. En la tercera especial de la mañana marcó el mejor tiempo y comenzó a edificar un sueño del que a la siesta tuvo que despertarse. Frente al Goliat catalán, ahora cabeza de serie también en el nacional del equipo de Luis Moya, el Lobo de Meira se hizo con el liderato y a fuerza de volar fue capaz de llegar al receso del rali en cabeza.

Pero Pons no solo se jugaba la victoria y los puntos, también el orgullo del equipo con el Ford Fiesta S2000 que en teoría debería conducir Sergio Vallejo. Por eso en la despedida matinal decidió pasar al ataque y en el estreno de la tarde se hizo con el liderato por siete segundos en el novato Vilariño Frío. A continuación, en la primera pasada del Cañón do Sil, los dos primeros espadas clavaron el tiempo. Tan solo seis décimas a favor de Vallejo después de 30 kilómetros. Inaudito. Y el rali en una décima. Hasta que el catalán acabó el primer bucle de la tarde con cinco segundos de respiro tras ganar en Luíntra, diferencia que elevó después a once, pero en el Cañón Vallejo le dio vida a la prueba rebajando a siete segundos la diferencia para la última especial.

Pero Xevi no solo resistió, sino que incluso ganó por un segundo de la última especial. A cambio, se llevó la pitada de los aficionados mientras el de Meira era aclamado. Detrás de ambos llegó un Berti Hevia que pasa a liderar el nacional.