La selección española femenina de balonmano logró una contundente victoria (30-22) sobre la vigente campeona del mundo, Rusia, en un encuentro en el que recuperó el juego que le ha permitido instalarse en los últimos años en la élite mundial gracias a la presencia de la gallega Begoña Fernández.
Tras quedarse sin ninguna opción de acceder a las semifinales, las dudas se centraban en conocer la motivación del conjunto español. Pero fueron disipadas con un fulgurante arranque de partido, en el que las españolas endosaron un contundente parcial de 5-0 a su rival. Una renta que se disparó hasta unos impensables ochos goles (13-5) cumplidos los primeros veinte minutos, gracias a una aguerrida defensa y a una gran fluidez ofensiva.
La presencia de Begoña Fernández en el pivote, tras dos partidos ausente a causa de las molestias que arrastra desde la fase de preparación, devolvió la confianza al equipo español, que recuperó algunos de los argumentos que le permitieron lograr la medalla de plata en el último Europeo y la cuarta plaza en al pasado Mundial de China. Volvió a aparecer el juego con las extremos y las pivotes, las rápidas circulaciones de balón y, sobre todo, las fulgurantes penetraciones de jugadoras como Nerea Pena, que cerró el duelo como la máxima anotadora del conjunto español con ocho tantos.