Ángeles Ces Solla, Lita, del restaurante Casa Ces de A Porteliña (Poio) recibía anoche en Lalín, en la Gala da Gastronomía de Galicia, el premio de la provincia de Pontevedra a la labor de toda una vida , no en vano lleva más de 50 años entre los fogones del negocio familiar. Un negocio que montaron sus padres, hace ahora justamente cien años. Fue en 1908 cuando Eduardo Ces y Ángela Solla abrieron Casa Ces, como la típica tienda de ultramarinos y taberna de pueblo. La cocinera conoció la noticia del reconocimiento de la Feira do Cocido hace una semana. Y cuando lo supo, comentó con naturalidad a su familia «cuando me lo dan, es que me lo merezco. Trabajé toda mi vida». Y aún sigue haciéndolo, a pesar de que tiene 87 años y un corazón debilitado, que la llevó hace poco tiempo, apenas un mes, a estar ingresada en el hospital.
Ahora están al frente del negocio familiar de Poio dos de las cuatro hijas de Ángela Ces y Severino Barcala, también criadas en los fogones del restaurante. Con un comedor con cabida para 70 comensales, entre los que acudieron a probar alguna de las exquisiteces de Casa Ces están desde el Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, hasta el reconocido arquitecto portugués Álvaro Siza, junto a políticos como Mariano Rajoy, Eduardo Zaplana o María Fernanda Rudí. También gente del mundo de los toros, como los hermanos Lozano o los diestros Espartaco y Palomo Linares. Y de la cocina con mayúscula a la búsqueda de futuros chefs. Si Ángeles Ces era premiada este año por su labor de cincuenta años en su restaurante, el centro comercial Pontiñas Haley de Lalín se convertía en taller para acercar a los más pequeños los entresijos de la cocina. Eso sí, no se trataba de la reciente cita celebrada en la capital española, Madrid Fussion. Nada de experimentos con sabores o mezcla de ingredientes. Como no podía ser menos en estas fechas, aprendieron cómo preparar un buen cocido.
Si en el Pontiñas Haley los chavales pudieron conocer los secretos de un cocido, además de asistir al estreno de Mortadelo y Filemón, en el otro centro comercial lalinense, de Eroski, se celebraba el Divercocido. No faltaron hinchables, talleres y juegos para entretener la jornada previa a la Feira do Cocido.