Si Carboeiro es uno de los cenobios de las comarcas en los que se centra el autor de este libro, el que adquiere más protagonismo es el de Santa María de Aciveiro, en Forcarei. Un monasterio que ha pervivido hasta nuestros días y que recuperó hace unos años el esplendor de antaño con una restauración que lo ha convertido en hospedería rural.
De Aciveiro se apunta por Francisco Javier Pérez que no hay noticias que apunten a que fuera altomedieval, con las primeras inscripciones sobre su existencia datadas en 1135. Tras su pasado benedictino se considera por el investigador que ingresó en el siglo XV en el Císter. Alude a que no se cuenta con mucha documentación sobre este cenobio, en parte por un gran incendio que se produjo en 1649. El monasterio forcaricense contó con un gran volumen patrimonial por las tierras de Montes, Tabeirós, Deza y Ribeiro de Avia, además de tener incluso granjas en Valdeorras y tres fuera de Galicia. Su potencia económica se muestra en la hermosa iglesia románica de tres naves, uno de los templos con más atractivo de los que se conservan en las comarcas.
Camba y Brandariz
El estudio sobre los monasterios gallegos en la Edad Media dedica también un apartado a aquellos que perdieron esa condición a partir de 1100. Entre ellos se referencian algunos en la zona, entre ellos en Camba y Brandariz. La publicación se convierte así en fuente de conocimiento sobre cuatrocientos años de historia, en un periplo por los monasterios, entonces focos de poder y riqueza económica.