Para olvidar. Así fue el primer partido oficial de la temporada disputado ayer entre el BM Lalín y la SAR. Los redondeláns se llevaron la victoria, y por lo tanto, el pase de ronda en la Copa Xunta, al imponerse en la prórroga a un BM Lalín desnortado. El partido se decantó a favor del equipo que peleó más, y que estuvo menos errado. Y es que ayer los rojinegros no tuvieron el día. A los pupilos de Alberto Miguélez les faltó contundencia defensiva, y se les atragantó especialmente el trabajo ofensivo: les costaba llegar a la meta contraria, y más todavía desentenderse de los defensas visitantes. De hecho, hubo que esperar al minuto 14 para que Martín subiera el primer gol al marcador del Lalín. Los rojinegros salieron al choque fríos y descentrados, y arrastraron la falta de coordinación durante todo el partido. El propio entrenador rojinegro reconocía tras el partido que lo único que se salvaba del encuentro era el trabajo de los porteros.
Los rojinegros fueron por detrás en el marcador prácticamente todo el partido, y no llegaron a empatar el encuentro hasta el minuto 16 de la segunda mitad, después de unos minutos lúcidos por parte de los de Miguélez. A partir de ahí, se dibujó un toma y daca en el luminoso que acabó con empate 21-21 al cumplirse el tiempo reglamentario. Los primeros cinco minutos de prórroga acabaron con un gol a favor de los de Redondela, y en el segundo parcial del tiempo añadido a los rojinegros se les escapó por completo el partido al errar varias acciones y dar cancha al rival.
La derrota rojinegra estuvo además aderezada por una actuación arbitral más que discutida por parte de ambos equipos, y por la aspereza del juego visitante, que subía por momentos la ya de por sí alta temperatura del pabellón, y que desembocó en momentos broncos y polémicos. La mesa también se llevó su parte después de dejar que un jugador visitante que había sido excluido regresase a la pista antes del tiempo establecido, mientras que Josiño cumplía su sanción.