Venció, y convenció. El Balonmán Lalín sumó ayer su quinta victoria de la temporada al imponerse 24-20 al Base Oviedo, que llegaba a la capital dezana defendiendo el segundo puesto de la Liga.
A la vista de lo vivido ayer en el Municipal, queda patente que al BM Lalín le van los retos. Y es que si ante el Novás los rojinegros lucharon de principio a fin, ante el Base los pupilos de Alberto Miguélez firmaron con creces su mejor partido de la temporada, sobre todo, en lo que a defensa se refiere. Intensidad, concentración, solidaridad y lucha caracterizaron a la defensa del BM Lalín, que una vez más tuvo en Pablo su media naranja. Y es que la veteranía del portero rojinegro se hizo notar ante el Oviedo, sobre todo en la primera parte.
Las ganas de victoria que demostraron los lalinenses se plasmaron sobre la pista desde el minuto uno. La intensa defensa 6:0 que planteó Miguélez permitió a los dezanos adelantarse pronto en el marcador. La defensa rojinegra no dejaba a los ovetenses traspasar la línea de seis metros, y los lanzamientos visitantes encontraban en Pablo un muro que lastraba sus opciones. Marco encontró en el extremo izquierdo un filón, y en el minuto 8 el Lalín ya ganaba 5-1. Tuvo tiempo el Base Oviedo para recortar distancias, pero cada vez que se acercaban en el marcador, el Lalín volvía a abrir diferencias, obligando al técnico visitante a pedir tiempo muerto en el minuto 20 para intentar centrar a sus pupilos. Las exclusiones seguidas de Pincho y Bruno afectaron al Lalín, que vio como el Base Oviedo recortaba en tres minutos diferencias hasta ponerse uno abajo, pero tras recuperar a los excluidos, y luego de un toque de atención de Miguélez, el Lalín amplió diferencias con dos goles de Marco hasta ponerse 12-9, el marcador con el que se fueron al descanso.
Segunda mitad
Los primeros minutos de la segunda parte estuvieron marcados por cierto descontrol y cansancio. El Lalín perdió más balones de la cuenta y con los dos equipos atascados, llegó a registrarse un parcial de 6 minutos en los que ninguno de los dos equipos era capaz de batir la meta contraria. Cuando parecía que el partido tomaba derroteros desconocidos, Adrián anotó el 19-15 que encendía de nuevo la chispa rojinegra. El Lalín revivía arropado por goles de Roberto Granja y Martín, al tiempo que el Base Oviedo volvía a estar metido en el partido. Con los locales cuatro arriba, y los visitantes apretando, Bruno, que se paseó por el extremo, se encargó de revitalizar el juego local e informar a los visitantes de que el Lalín no iba a ceder el partido en los últimos minutos. Y es que en el minuto 24 dos dianas del central rojinegro ponían el marcador 23-17, la mayor diferencia registrada en todo el choque. La victoria parecía ya asegurada, y Alberto Miguélez sacó en los últimos minutos a Manuel Enríquez, que debutaba con el primer equipo. Los ovetenses maquillaron en los últimos instantes el partido y dejaron la diferencia en cuatro goles, 24-20.
Éxito de la defensa
«Foi un partido espectacular en defensa; viuse sobre a pista todo o que traballamos o luns; anticipámonos moi ben ao seu xogo, fixemos unha defensa moi profunda e de contacto». No albergaba duda ninguna el técnico rojinegro sobre el papel firmado por su equipo ayer, sobre todo en las labores defensivas. «En ataque tivemos algún ritmo menos e estivemos fallóns no lanzamento exterior, pero compensámolo con saídas dos extremos, co pivote e con maior diversidade nas opcións», explicó el entrenador, que agradeció que el final del partido fuese más tranquilo de lo que viene siendo costumbre esta Liga.