El Balonmán Lalín rondó ayer un estado próximo a la euforia. Y es que el equipo de Alberto Miguélez se ratificó ante sí mismo, ante la afición, y ante la categoría, como la clara alternativa a Chapela y Novás. El triunfo por 23-34 de los rojinegros sobre el Cisne confirmó al plantel dezano en la tercera plaza de la tabla tras un partido con dos caras bien diferentes, una primera para el olvido, y una segunda para el recuerdo.
Lalín y Cisne salieron a la pista del Estadio da Xuventude impregnados en nerviosismo, y esa ansiedad marcó la primera media hora. Los dos equipos sabían que se jugaban algo más que dos puntos, y eso determinó el juego en la primera mitad, en la que los nervios a flor de piel propiciaron un buen número de exclusiones y favorecieron las constantes pérdidas de balones. A pesar de que la defensa del Lalín no estaba centrada, a base de contras se fue por delante al marcador con apenas un gol de ventaja (12-13).
Tras el recreo, todo cambió. El BM Lalín regresó a la pista con el chip cambiado y comenzó 30 minutos de gran juego en el que la defensa fue clave. Una 6:0 plana que solo dejaba al Cisne jugar con los extremos se convirtió en una pesadilla para los de Milucho. El centro de la defensa del Lalín brilló de nuevo gracias a Roberto Granja y Canario; este último firmó un partido de diez. Para arropar el trabajo de la defensa, nada mejor que Pablo bajo los palos. El meta amargó la tarde al Cisne parándolo casi todo.
El bagaje defensivo de los de Miguélez se convirtió en la base de la faceta ofensiva del equipo, que apostó por contraataques rapidísimos y que superaban con facilidad la defensa pontevedresa. Pocas ocasiones disfrutó el Lalín en ataque estático, aunque las opciones de las que dispuso también permitieron ver a un equipo sereno y que supo jugar y elegir bien.
Durante toda la segunda parte el BM Lalín se dedicó a ir abriendo diferencias con su rival, y lejos de bajar los brazos en la última parte del encuentro, los dezanos se vaciaron sobre la pista manteniendo la intensidad de su juego y de su contraataque hasta los últimos instantes. Fue precisamente en la recta final del choque cuando los de Miguélez abrieron distancia con el Cisne, que a pesar de introducir cambios en la segunda mitad, llegó al minuto 60 mucho más desfondado que el Lalín.
Satisfacción en el banquillo
El triunfo del BM Lalín en Pontevedra ratifica el buen momento que atraviesan los dezanos, que encadenan siete victorias consecutivas. Los de Miguélez dejan ahora al Cisne a seis puntos, y dan un paso más en cuanto a su confianza en sí mismos. En ese sentido se pronunciaba ayer el segundo preparador del BM Lalín, David Carbón, que recordaba que si bien los nervios habían jugado una mala pasada al equipo en la primera parte, en la segunda «fixemos un partido case perfecto». Carbón recordó la dureza del encuentro, traducida en un buen número de exclusiones, y destacó sobre todo la defensa férrea de los de Lalín. «Soubemos parar o seu xogo e a base de contraataques e de correr moito conseguimos gañarlles con tanta claridade», resumía.