Medio centenar de representantes del mundo cultural, social y deportivo de Lalín acudió ayer en el museo municipal Ramón María Aller a la presentación del embrión de un proyecto que pretende convertir a la cultura en motor económico. La cultura vista desde un punto de vista amplio, con cabida para el turismo o la gastronomía por ejemplo, como no se cansó en explicar el alcalde, José Crespo, al dar a conocer las líneas maestras de la Lalinlab. Una iniciativa promovida desde el Concello pero que pretende convertirse en un protagonista más, ya que los principales actores serán los propios colectivos y personas que se involucren.
«O Lalinlab debe nacer entre todos os lalinenses que querades participar», apuntó Crespo, para exponer que se considera la cultura como un posible motor económico y generador de empleo en momentos como los actuales, de crisis en sectores más tradicionales. Consideró que el área cultural está sin desarrollar en Lalín a ese nivel, que se puede poner en valor, como ocurrió hace treinta años cuando surgieron las primeras firmas textiles.
Para elaborar la columna vertebral del proyecto se contó desde el Concello con la firma E-Burbulla, que realizó un análisis de centros nacionales e internacionales de interés y un estudio de contexto de Lalín. En él se constató que existe un tejido asociativo muy vivo pero que a nivel cultural se vive más hacia la tradición que hacia la vanguardia o las nuevas tecnologías. También se consideró que hay un nivel mínimo de empresas artísticas y sin repercusión nacional o en el extranjero. Por ello la propuesta, que presentó ayer en el museo una representante de E-Burbulla, Beatriz García, pasa por crear un centro «próximo, útil y con proyección al exterior, que también atraiga iniciativas de fuera; un centro que aglutine investigación, formación y creación, que aúne tradición y modernidad, con formación en la que se entienda la cultura como inversión, para aumentar una industria creativa muy incipiente».
Esa búsqueda de salir al mercado y lograr nichos económicos y laborales a través de la cultura fue defendida por Crespo, quien resaltó que ese estudio previo encargado a la empresa analizó media docena de proyectos tanto en España, como en Canadá, Francia y Bélgica. Incidió en que en muchos de ellos la titularidad se comparte entre instituciones públicas y privadas, al igual que la financiación y gestión. El regidor consideró que debe ser un proyecto pionero, de Lalín para Lalín pero también para el resto de Galicia y el exterior, con proyección y que permita centralizar las iniciativas de carácter cultural.
Crespo recordó que Lalín destaca a nivel de artes plásticas y música, pero hay otras áreas en las que se podría incidir. Anunció para principios de septiembre una reunión con aquellas personas o colectivos interesados en participar en Lalinlab -nombre que por cierto dijo estar dispuesto a cambiar, que se escogió por sonar bien- con el fin de crear una comisión de trabajo y que el proyecto se geste en otoño. La pretensión es convertir ese centro en «ferramenta de producción económica».